LAB exhibió músculo ayer convocando a 40 de sus 58 delegados frente a la Diputación navarra para celebrar su triunfo en las elecciones sindicales de la Administración. El sindicato abertzale cree que los funcionarios le han convertido en primera fuerza por su línea combativa, que piensa a mantener, y juzga que, estos resultados históricos suponen una «bofetada» a UPN y su Plan Moderna.

«Quieren que seamos los trabajadores los que paguemos la crisis y esta ha sido la respuesta», explico Expe Iriarte, de Educación, donde LAB ha pasado de quinta a primera fuerza. Iriarte reclamó que la Administración Pública debe convertirse en un «instrumento ciudadano» y confió en que la próxima cita con las urnas permita un cambio en los gestores.

Dabid Mendaza, de LAB Osasunbidea, expresó que dentro del funcionariado existen dos líneas de sindicalismo: la combativa y la conciliadora. El sindicalista valora que los datos obtenidos confirman un aumento del apoyo a la línea más beligerante, que encarna LAB. En consecuencia, el sindicato abertzale anunció que continuará con una dinámica similar, porque los conflictos internos siguen igual de presentes, cuando no han empeorado.

Mendaza afirmó que este resultado, donde LAB ha mejorado en 12 delegados, no constituye el techo del sindicato y que, de cara a futuro, pueden seguir mejorando su representación.

Txomin González, por su parte, remarcó la necesidad de una mayor transparencia y de que se acabe de una vez con las adjudicaciones «a dedo» y la sobredimensión de las jefaturas que, según afirmó, llegan al 25% de la plantilla en algunas áreas. Aseguró, además, que miles de puestos de trabajo públicos se adjudican de forma «torticera».

En el plano más laboral, González denunció que los funcionarios navarros han perdido en los últimos 15 años la cuarta parte de su poder adquisitivo y que sus condiciones de trabajo han empeorado.