Pocas veces el tiempo, esa medida de las emociones para establecer categorías en la memoria, puede ser tan significativo como estos días de este mayo del 2011 que parecen iluminarse con actitudes colectivas históricas. Lo que ahora escribo puede morir por corrosión de la actualidad en los próximos minutos, por lo que se pide conmiseración a quien esto lea. La vida fluye, y cuando se unen voluntades la historia debe cambiar. Desde lo pequeño a lo imposible.

Sí, estoy reflexionando en blanco y negro. Estoy pensando en pasado mañana. Lo de mañana creo que unos cuantos miles de votantes lo tenemos muy decidido. Sabemos qué haremos con nuestra expresión de opinión política delegada. Los resultados pueden ser claves para que pasado mañana sea otro día para la esperanza. Es decir en lo concreto, en lo que es el ritual, la cosa parece bastante encarrilada. Con todas las dificultades colocadas de manera impropia de una democracia burguesa consolidada, hemos llegado hasta aquí, con lo que se ha podido, pero con posibilidades de establecer la ilusión en muchas localidades, de influir en el futuro desde nuestro voto.

Lo que ha sucedido es que hemos visto en la televisión expresiones populares muy importantes. ¿Por qué lo del 15-M ha sido retransmitido casi en directo por las cadenas de la extrema derecha española? ¿Por qué han montado esas tertulias tan descaradamente franquistas, fachas y anticonstitucionales? ¿Qué temen o qué están potenciando? El tiempo nos dirá algo. Pero se ha escuchado aquello que tanto sonó hace unos años: «vosotros fascistas, sois los terroristas». Reflexiono con mi voto muy decidido, pero espero que a partir del lunes sigamos recuperando el pulso político popular. Rescatemos la democracia de las fauces de estos devoradores de presupuestos en su beneficio. Sin entrar en asuntos de mayor calado que se están planteando, el que la gente discuta, debata de política es bastante mejor que lo haga exclusivamente de fútbol o del corazón. Y como bien saben los indignados, la tele manipula. Mucho. Y ahora están asustados, despistados, porque no saben exactamente qué está sucediendo. Yo diría que algo importante. El tiempo lo dirá.