Las protestas tocan Damasco y Alepo en otro viernes con decenas de muertos
Las protestas contra Bashar al Assad llegaron ayer hasta zonas cercanas a Damasco y Alepo, las principales ciudades sirias. La represión volvió a dejar decenas de muertos, según organizaciones opositoras, que ayer eligieron el idioma kurdo para bautizar la jornada.
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Al menos 34 personas murieron ayer en Siria en una nueva jornada de protestas políticas que fue reprimida por las fuerzas de seguridad en una veintena de ciudades y pequeñas localidades de todo el país, según activistas de derechos humanos.
En esta ocasión, las manifestaciones se acercaron a zonas próximas a las principales ciudades, Alepo, segunda ciudad del país, y Damasco, que hasta ahora no habían sido escenario de manifestaciones.
En la localidad kurda de Ain Arab, cerca de Alepo, cientos de opositores reclamaron «diálogo» y «libertad, según organizaciones kurdas que matizaron que no se reclamó la caída del régimen de Bashar al Assad.
La oposición siria, con el fin de ganarse a la población kurda, designó la jornada de ayer como «Viernes de Azadi», o «Viernes de Libertad», en kurdo.
Víctimas
Según Razan Zeituna, una activista de los llamados Comités Locales de Coordinación,el mayor número de víctimas se produjo en suburbios de las ciudades centrales de Hama y Homs, con una docena de muertos en cada lugar. Entre estas víctimas se encuentran un niño de 11 años y un adolescente de 16, de acuerdo con los informes de los Comités Locales de Coordinación, que aportaron los nombres de todas las víctimas mortales en la jornada de ayer.
Además hubo cuatro muertos en un suburbio de Damasco, Berze, y el resto de las víctimas se produjeron en las localidades de Sanamein, 30 kilómetros al sur de la capital, y cerca de Deraa, próxima a la frontera con Jordania.
Estos informes de activistas de la oposición no se pueden contrastar por las restricciones oficiales impuestas a los periodistas.De acuerdo con los datos proporcionados por estas fuentes, ayer hubo manifestaciones en numerosas localidades de norte, centro y sur del país, así como en el noreste, donde hay una fuerte concentración de población de origen kurdo.
Siria, al igual que en otros países de la región, viene siendo escenario desde mediados de marzo de protestas políticas que han causado un millar de muertos, la mayoría de ellos civiles y activistas de la oposición. Las manifestaciones de ayer se produjeron un día después de que, en Washington, el presidente estadounidense, Barack Obama, planteara a Al Assad que optara entre «dirigir la transición o quitarse de en medio» y exigiera que «deje de disparar contra los manifestantes, permita las protestas pacíficas y libere a los presos políticos». Damasco respondió que «Obama no es quien para decir a un país soberano lo que debe hacer». La agencia oficial siria, Sana, lo calificó de «arrogante y lo acusó de injerencia en los asuntos internos sirios. Sobre las protestas de ayer informó de que «tras la oración del viernes, algunas regiones en varias provincias han registrado concentraciones de decenas o centenares de personas que han gritado eslóganes a favor de la libertad antes de dispersarse de forma tranquila».
En Damasco, dio cuenta de «concentraciones limitadas» en varios distritos, «sin que se haya registrado ninguna confrontación con las fuerzas de seguridad». También informó de protestas en Banias, Latakia, Hama y Deir Ezzor, entre otras.
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Las autoridades libanesas estiman que más de 4.000 civiles, sobre todo mujeres y niños, han huido de Siria a Líbano para escapar de la represión.
El presidente yemení, Ali Abdallah Saleh, planteó ayer anticipar las elecciones presidenciales mientras se vuelve a anunciar para mañana la hasta ahora fracasada firma del plan de las monarquías del Golfo para que abandone el poder. Saleh hizo la propuesta «para evitar un baño de sangre» ante una manifestación de sus partidarios, un día después del discurso del presidente de EEUU, Barack Obama, que le instó a dejar el poder. Mientras Saleh se dirigía a sus partidarios, cientos de miles de manifestantes llenaron las grandes avenidas de la capital, así como otras ciudades, como Taiz, para pedir su salida inmediata. GARA