La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció ayer un nuevo programa social para asistir a unos 17 millones de personas que siguen en la miseria y ajenas a las mejoras sociales y económicas que tuvo el país durante las últimas dos décadas.

«La miseria aún existe» en Brasil, declaró al presentar el plan. «Mientras discutimos millones de brasileños se mueren de hambre», afirmó Rousseff, quien pidió un compromiso «serio y responsable» con las 16,2 millones de personas que, según el censo, viven en Brasil con menos de 70 reales (43 dólares) por mes. El 55% de ellos reside en el campo.

Esos excluidos representan el 8,5 % de la población y están fuera de la Bolsa Familia, un plan asistencial que subsidia a unos 13 millones de familias.