Un buen final porque era la mejor opción para la Real
Joseba ITURRIA
La Real puede estar satisfecha porque ha cerrado la mejor opción que ha barajado para su banquillo y porque Montanier ha demostrado una gran voluntad y ha realizado un importante esfuerzo para venir. La clave estaba en él, en el tiempo que estaba dispuesto a soportar este pulso y en su disposición a aportar parte de la indemnización y es bueno que haya querido renunciar a parte de sus ingresos para empezar a trabajar desde ya para la Real.
Cuando un club llega a la conclusión de que el entrenador ideal es uno que tiene contrato, lo normal es que al final tenga que pagar la totalidad de la cláusula de rescisión. Así Sevilla y Getafe acaban de pagar un millón por Marcelino y Luis García. Entre la Real y Montanier pagarán la mitad y en principio hay que verlo como un dinero bien invertido.
El fútbol no es ciencia y nunca se pueden predecir los resultados que un jugador o un entrenador van a dar. Máxime cuando el técnico no conoce la Primera, pero en la Real son los entrenadores sin experiencia en la Liga española los que mejor han respondido en los primeros años de Toshack, Krauss, Denoueix y Lasarte.
Además su trayectoria le avala. Un buen entrenador es aquel que año tras año empieza y termina una temporada y cumple sus objetivos. Pocos pueden presumir de haber entrenado durante siete años seguidos sin ser destituidos y con éxito, con tres ascensos en los cinco años en el Boulogne y los dos mejores puestos del Valenciennes en los últimos 30 años de su historia.
Para eso un entrenador tiene que ser bueno y además saber llevar grupos. Para estar cinco años en un club y dejarlo en Primera tras tres ascensos hay que tener una buena relación con los jugadores y una capacidad de hacerles rendir al máximo. Además de sus referencias, de los resultados y de forma de llevar los grupos, encaja mucho mejor que Bielsa o Le Guen en el perfil que necesita la Real. Por sus características es más adecuado para trabajar con jóvenes y además la forma de trabajo y de juego que propone, muy similar a la del Barcelona, puede encajar por las características de los jugadores que se va a encontrar en la Real y las de Anoeta.
Para jugar de esa manera hay que entrenar mucho y la clave estará en la disposición de los jugadores a asumir el mayor número de horas que deberán pasar en Zubieta con Montanier. La apuesta por el nuevo técnico se basa en la confianza del Consejo y de la dirección deportiva en la plantilla y de la respuesta de los jugadores dependerá el éxito de esta apuesta necesaria.