En el primer encuentro entre los representantes de los empleados de las cajas Vital, Kutxa y BBK con los responsables de recursos humanos de las tres entidades para analizar las condiciones laborales en el nuevo escenario, se constataron importantes diferencias con el modelo de bancarización que han acordado Mario Fernández, Xabier Iturbe y Carlos Zapatero, pero también emergieron diferencias entre los representantes sindicales.

Tres elementos destacan de este primer contacto, que no se repetirá en el mismo formato, ya que las direcciones de las cajas insistieron en la necesidad de explorar las intenciones de cada central por separado.

Quedó claro, en primer término, que las tres cajas consideran inevitable la fusión fría para la creación del banco y la necesidad de agilizar su constitución, aunque este tema no se trató de forma específica. Es muy probable que este mes los consejos ejecutivos de Caja Vital, BBK y Kutxa aprueben la creación del banco. De esta manera, se confirmó el temor que manifestó LAB, además de la izquierda abertzale y Bildu, de que están acelerando el proceso para evitar encontrarse con asambleas de compromisarios menos favorables a que las cajas pierdan el distintivo por el que nacieron, es decir, el carácter social y de ofrecer un servicio a los más necesitados. El segundo elemento clave es que habrá un excedente de plantilla, sobre todo de los servicios centrales, dado que toda la actividad financiera se traspasaría al banco.

El tercero se encuentra en que la decisión que se adopte por los consejos de administración de las cajas deberán ser refrendadas por las asambleas de compromisarios. En las mismas, también están presentes los trabajadores, por lo que debería plasmarse el rechazo a la bancarización de las cajas, como, en general, manifestaron en esa reunión con los responsables de Recursos Humanos de las tres cajas de ahorro en Bilbo.

LAB se concentró a las puertas de BBK para mostrar el rechazo a la bancarización de las cajas. Pidieron, dentro de la reunión y ante los medios de comunicación, que se paralice el proceso de creación de un banco y que se forme una caja unificada, que preserve ese carácter social. Y, por otro lado, exigieron la apertura inmediata de una mesa de negociación en el ámbito vasco, «una petición que está apoyada por una amplia mayoría de la plantilla».

ELA, por un lado, explicó que se opone a la «bancarización o privatización». Así, expresa que «nos oponemos a cambiar dividendo social por dividendo de remuneración al capital», aunque en contradicción con lo anterior precisa que «la representación en la nueva entidad será establecida por la ponderación de votos». La central, además, entregó un borrador de los aspectos que deben formar parte en el acuerdo de integración de las tres cajas: «mantenimiento del empleo, salidas anticipadas y obra social».

En este contacto inicial, sin embargo, algunos representantes de los trabajadores, como CCOO y Pixkanaka, pusieron bastante énfasis en el rechazo a que al ser un banco se aplique el convenio de banca estatal, como correspondería. También ELA planteó el tema de los marcos de negociación y de representatividad, desdoblando la actividad entre Hego Euskal Herria y el resto del Estado español, pero que crea conflicto con CCOO, que obtiene una representación mayoritaria en las cajas vascas gracias a los representantes que logra en las oficinas de fuera de territorio vasco. CCOO también mostró su rechazo a que los recortes de empleo se realicen «por medidas traumáticas», con lo que confirmó que ese banco nacerá con menor plantilla.