C�sar Manzanos Bilbao Doctor en Sociolog�a
Confluencias para un movimiento civil
Confluir en lo que nos une, en la calle, sin miedo a perder nada porque nada tenemos. Con la seguridad de que lo que hagamos va ha ser infinitamente m�s justo e igualitario que lo que hacen quienes supuestamente nos representanMovimientos de diverso signo comienzan a extenderse y visuali- zarse para dar al sujeto, que trataba de producirse como aislado, la posibilidad de desarrollar su ser colectivo, del que hab�a sido expropiado. Con ideas sobradamente contrastables y dif�cilmente manipulables, se siente un todo con las mayor�as sociales que pasan del desconcierto a la toma de conciencia de su potencial transformador: no sirve la actual farsa democr�tica, el cambio jam�s vendr� de los partidos, los empresarios, ban- queros y propietarios son el origen y los responsables de nuestra ruina. Son �stas y otras sencillas constataciones las que est�n creando confluencias y poco a poco un sentido de pertenencia y de referencia imposible de controlar y dif�cil de frenar. Mientras esto comienza a ocurrir, los gobiernos y las instituciones del estado siguen en lo mismo. Violan sus propias leyes, y su �nica preocupaci�n sigue siendo establecer nuevos mecanismos para ocultar o legitimar sus transgresiones.
Para ello recurren al hiperdesarrollo de las comunicaciones, buscan ocultar la acelerada construcci�n de un orden fundamentado en la incomunicaci�n que conduce a la extinci�n de la diversidad cultural y busca imponer un modelo �nico de pensamiento y de forma de vida. Con el fin de quebrar este proyecto hegem�nico, es necesaria m�s que nunca la contrainformaci�n que no es s�lo el desarrollo a peque�a escala de medios t�cnicos alternativos autogestionados, participativos y abiertos a todas las personas, es decir, democr�ticos, sino, sobre todo, la creaci�n de nuevas formas de expresi�n y de contenidos que reinventen las formas de discurso y desenmascaren el mon�logo ensordecedor del poder. �sta es una clave fundamental para recuperar la sociabilidad en un momento hist�rico en el que nos tratan de extirpar la subjetividad. Cuando cre�an haber triunfado en la clonaci�n mental total, se encuentran con que su propia l�gica se vuelve contra ellos: la especulaci�n, la deudocracia, la corrupci�n o la represi�n no les sirven para edificar la sociedad de zombis vivientes que pretenden instaurar, para que las mayor�as existamos a su servicio.
A esta din�mica de visibilizaci�n y de confluencias est� contribuyendo decisivamente el trabajo silencioso y silenciado de actores que durante a�os no han sido instrumentalizados ni asimilados por la l�gica del poder, de aquellos que han tenido claro que en la vida s�lo merece la pena aquello que no se puede comprar ni vender.
Confluir en lo que nos une, en la calle, sin miedo a perder nada porque nada tenemos. Con la seguridad de que cualquier cosa que hagamos va ha ser infinitamente m�s justa e igualitaria que lo que ahora hacen quienes supuestamente nos representan. Extender las confluencias, incluir, no excluir, multiplicar, no dividir. �ste es el reto principal para gestionar un movimiento civil imparable.