Afalta de cinco días para que los 33.000 socios del Athletic con derecho a voto elijan al nuevo presidente, un bombazo judicial sacudió ayer la campaña electoral. La Audiencia Provincial de Bizkaia imputó a Fernando García Macua un delito de fraude fiscal a las arcas públicas por valor de 43 millones de euros. La que se presentó como la mayor obra urbanística en la historia vasca, la faraónica Puerta de Bilbao, dirigida por el otrora magnate de la construcción de Bizkaia, Jabyer Fernández, empleador, socio y financiero de la campaña electoral de Macua hace cuatro años, ha dejado al descubierto tras derrumbarse un reguero de presuntas corrupciones que podría llegar hasta donde algunos apenas sospechaban. La noticia ha entrado en la campaña como un cuchillo, y podría tener como primera consecuencia ratificar en su opinión a aquellos que siempre han visto intereses particulares en los deseos de acceder a cargos como el que está en juego. El Athletic no se merece ser objeto de ningún tipo de manejos, por otra parte, habituales en el mundo del fútbol.

La reflexión es obligada, y aunque García Macua sostenga que este terremoto judicial no afecta a su candidatura, sabe que los socios meditarán si el centenario club puede tener presidentes imputados. Y todas las partes coincidirán, sin duda, en que el Athletic no debe verse salpicado por ninguna trama de corrupción .