Lo opuesto a una separación civilizada y amistosa en «Divorcio a la finlandesa»
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
Después de viajar por Europa rodando películas de carretera y de pasar una época en Brasil haciendo documentales, Mika Kaurismäki ha regresado a su país para realizar un cine más asequible y cercano a los parámetros comerciales. Tal vez se deba a que en el cine minoritario nunca ha conseguido tener tanto nombre como su hermano Aki, mucho más reconocido dentro y fuera de Finlandia.
En esa vuelta a casa ya ha filmado dos películas más, gracias al éxito local de «Divorcio a la finlandesa», que es una comedia entre negra y romántica. Es el equivalente nórdico a «La guerra de los Rose», en la medida en que descubre al mundo que las separaciones matrimoniales en los países escandinavos no son tan civilizadas y amistosas como aparentan.
Por muy frío que sea su carácter, los hombres y mujeres finlandeses también se pelean y acaban mal, tal como sucede en otras latitudes.
El actor y la actriz que encarnan a los divorciados son treintañeros, aunque su aspecto es el de gente de mayor edad, posiblemente porque reflejan el desgaste de una relación que les ha envejecido prematuramente, mucho más a partir de la ruptura y las consiguientes hostilidades. Llegan a decirse cosas muy feas, y de las agresiones verbales a las físicas ya se sabe que sólo hay un paso.
Título Original: «Haarautuvan rakkauden talo».
Dirección: Mika Kaurismäki.
Guión: Mika Kaurismäki y Sami Keshi-Vähäla, sobre una novela de Petri Karra.
Producción: Mika Kaurismäki.
Intérpretes: Elina Knihtlä, Hannu-Pekka Björkman, Annti Reini, Kati Outinen.
Fotografía: Rauno Ronkainen.
Música: Jarno Saari.
País: Finlandia, 2009.
Duración: 102 m.