El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) decidió ayer mantener el tipo de interés en el 1,50% pese a la rebaja de sus previsiones de crecimiento en la zona euro. En las horas previas se apuntaba a un posible abaratamiento del dinero como fórmula para impulsar los créditos y el crecimiento económico.

No fue así, aunque el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, sugirió que las subidas han tocado techo por ahora. El pasado abril, el BCE elevó el interés del 1% al 1,25%, la primera subida desde julio de 2008. Hace dos meses, en julio, se llegó al 1,50%, con el argumento de que había que frenar la inflación.

Trichet manifestó ayer que «los riesgos a medio plazo para la perspectiva de inflación están ampliamente equilibrados», y aunque defendió que los actuales tipos de interés son «bajos», reconoció que ahora los riesgos se han «intensificado» sobre las expectativas de crecimiento económico. En este sentido, el BCE revisó a la baja sus previsiones de crecimiento de la zona del euro para 2011 y 2012.

Para este año, el organismo financiero pasa del incremento del 1,9% medio previsto en junio a un 1,6% tres meses más tarde. En cuanto a la estimación para el próximo ejercicio, ésta se reduce en cuatro décimas, del 1,7% de media al 1,3%. En cuanto a la inflación, las nuevas previsiones son de un 2,6% en 2011 y un 1,7% en 2012.

Enfado ante las críticas

Durante su comparecencia, Trichet fue preguntado por su opinión respecto a algunas críticas procedentes de Alemania por el papel que está realizando el BCE, especialmente por las compras de deuda soberana, durante la actual crisis.

Enfadado, el presidente del BCE replicó que le gustaría «oír las felicitaciones para una institución que ha proporcionado estabilidad de precios en Alemania durante casi trece años con una tasa de inflación del 1,5%, que es mejor de lo que jamás se ha obtenido en este país durante los últimos cincuenta años».

«Si nos hemos embarcado en el programa de compra de deuda pública es por razones de política monetaria y para ayudar a mejorar la transmisión de nuestras decisiones relacionadas con los tipos de interés, porque los gobiernos no se han comportado apropiadamente y no han sido cuidadosos», añadió.

Grecia, en caída libre

En su repaso a la actualidad, se felicitó por las últimas medidas adoptadas por Italia y el Estado español, aunque les instó a acelerar las reformas y a adelantarse a los acontecimientos. Los `consejos' para Grecia fueron similares, si bien el tono fue bastante más duro.

Y es que las noticias procedentes de Atenas no invitan al optimismo. La agencia griega de estadística (Elstat) informó que el Producto Interior Bruto (PIB) experimentó en el segundo trimestre del año una contracción del 7,3% respecto al mismo periodo de 2010, lo que supone un empeoramiento de cuatro décimas respeto a las estimaciones iniciales.

De este modo, la economía griega, que se desplomó un 8,1% en los tres primeros meses de 2011, acumula ya cinco trimestres consecutivos en negativo.

Mientras el Senado francés ratificaba la luz verde para el segundo rescate, la Comisión Europea (CE) tuvo que salir al paso de los comentarios sobre una posible salida de Grecia de la eurozona. «No hay absolutamente ningún debate sobre esto», aseguró el portavoz económico de la CE, Amadeu Altafaj, quien recordó que la continuidad de un socio, una vez admitido, es «irrevocable».

Precisamente, el primer ministro holandés, Mark Rutte, abogó ayer por crear un responsable europeo de disciplina fiscal y gasto que tenga poderes para echar del euro a quienes no respeten las reglas.

Italia, sin provincias

En Italia, el Gobierno acordó modificar la Constitución para introducir la «regla de oro» del equilibrio presupuestario, a imagen y semejanza del Estado español. El cambio incluirá además la abolición de la provincia como ente local estatal intermedio entre el municipio y la región. El Senado ratificó anteayer el plan de ajuste de más de 45.000 millones de euros impulsado por Silvio Berlusconi y la próxima semana será el turno de la Cámara de Diputados. El texto se presentará ante el pleno el lunes y será votada previsiblemente jueves.

En cuanto al Estado español, la ministra de Economía, Elena Salgado, reconocía que «no sería descabellado pensar» que el crecimiento será menor de 1,3% previsto por el Ejecutivo. Salgado situó este retroceso en el marco del enfriamiento general de la economía.