El ex diputado del PSOE Ricardo García Damborenea, que fue condenado en 1998 por el secuestro de Segundo Marey por los GAL, recibe una ayuda de 2.061 euros al mes del Congreso español, una cantidad que tiene el carácter de «graciable» y cuya cuantía decide la Mesa de la Cámara. De hecho, la de Damborenea es la mayor cantidad que se abona por este concepto, junto a la de otras tres ex diputadas.

Damborenea es uno de los 117 ex diputados que reciben una ayuda a pesar de que la duración de su mandato no les permitía obtener la pensión parlamentaria. Estos datos vieron la luz ayer, después de que tanto el Congreso como el Senado hicieran público el patrimonio de los parlamentarios, así como las diversas pensiones y las ayudas económicas que otorgan a quienes ocuparon un escaño en su momento.

Secuestro de Segundo Marey

García Damborenea fue secretario general del PSE de Bizkaia y en la sentencia ratificada por el Tribunal Supremo en 1998 fue condenado a siete años de prisión y otros tantos de inhabilitación por el secuestro de Segundo Marey.

En la misma sentencia se condena por estos hechos también al ex ministro José Barrionuevo, a Rafael Vera,a Julián Sancristóbal, a Francisco Álvarez, a Miguel Planchuelo, a José Amedo, a Julio Hierro, a Francisco Saiz, a Luis Hens, a Juan Ramón Corujo y a Michel Domínguez.

Aunque inicialmente negó cualquier vinculación con el secuestro de Marey y con los GAL, posteriormente García Damborenea terminó admitiendo los hechos, afirmando que no se arrepentía y declarando que la guerra sucia era «la única forma de respuesta posible».

Junto a ello, llegó a afirmar que el entonces presidente del Gobierno español, Felipe González, estaba al corriente de los hechos. A pesar de la condena impuesta, la estancia en prisión de García Damborenea fue extremadamente breve, al igual que la de otros condenados por los GAL como José Barrionuevo o el ex general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo, este último condenado por el secuestro y muerte de Joxean Lasa y Joxi Zabala.

Segundo Marey, vecino de Hendaia, fue secuestrado durante diez días en 1983, en una de las primeras acciones que llevaron a cabo los GAL.