La disputa sobre su nombre enturbia los 20 años de independencia de Macedonia
Macedonia celebró ayer el veinte aniversario de su independencia con la inauguración en su capital de varios monumentos que probablemente volverán a molestar a Grecia, a la que Macedonia acusa de apropiarse de su historia y de su cultura.
Jasmina MIRONSKI (AFP) |
Atenas y Skopje están inmersos desde la proclamación de la independencia de Macedonia en 1991 en una disputa concerniente sobre todo al nombre de esta ex república yugoslava, que está bloqueando su adhesión a la Unión Europea y la OTAN.
Un importante punto de desacuerdo es Alejandro Magno (356-323 aC), rey de Macedonia -pro- vincia del noreste de Grecia- que fue uno de los mayores imperios de la historia antigua. Atenas protestó cuando el aeropuerto de Skopje fue llamado Alejandro Magno. Los actos conmemorativos de ayer arrojaron una nueva sombra al descubrirse un nuevo arco de triunfo en Skopje y una estatua de Alejandro Magno en la plaza principal de la capital. Aunque los macedonios llaman a la estatua «Guerrero sobre un caballo» para evitar la ira de Grecia, sus rasgos muestran claramente quién es.
«Es absurdo construir un arco de triunfo en Skopje y erigir todas esas estatuas en todas partes», dijo a AFP un hombre de negocios de Macedonia.
«Creo que no necesitamos todo esto ahora con los problemas que tenemos con los griegos», señaló Pavle Stamenov.
Macedonia declaró su independencia de Yugoslavia 8 de setiembre 1991, pero Grecia protestó de inmediato por su nombre, República de Macedonia, argumentando que era una reivindicación territorial de la provincia griega del mismo nombre.
La mediación de la ONU no ha tenido éxito hasta ahora y Grecia ha impedido la adhesión de Macedonia a la OTAN y bloqueado el inicio de las negociaciones de adhesión a la UE.
El país fue admitido en la ONU en 1993 con el nombre provisional de Antigua República Yugoslava de Macedonia, pero 132 países la han reconocido con su nombre constitucional.
El comisario europeo de Ampliación, Stefan Fule, indicó esta semana que se sentía optimista y que la disputa sobre el nombre podría encontrar pronto una solución. No obstante, el negociador de la ONU, Matthew Nimetz, declaró a a un diario griego que no quiere «revelar la nueva propuesta» hasta que esté «convencido de que habrá un resultado».
Varios nombres han sido rechazados estas dos décadas por ambas partes. Atenas pide que el nombre conlleve un denominador geográfico y que Skopje deje de identificar a sus ciudadanos como si fueran macedonios. Skopje, por su parte, aboga por una solución de dos nombres, que le permitiría mantener el de la República de Macedonia en su Constitución y utilizar otro diferente en sus relaciones internacionales y en las relaciones bilaterales con Grecia.
Las encuestas muestran que el 80%-90% de los macedonios está a favor de unirse a la OTAN y la Unión Europea, pero el mismo porcentaje rechaza el cambio del nombre constitucional del país.
