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CRíTICA cine

«El árbol de la vida» Con microscopio y telescopio

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Mikel INSAUSTI

Que una película sea grande no quiere decir que haya de ser necesariamente una obra maestra, o que tenga que ganar por decreto la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Como cualquier otra creación desmedida, “El árbol de la vida” presenta desequilibrios estructurales en su desarrollo, abierto a infinitas posibilidades en su significado pero sin llegar nunca a conclusiones o a una consolidación efectiva de sus ideas dispersas. Es un experimento que no termina de demostrar nada en su plasmación definitiva, porque Terrence Malick nunca consigue convencernos de que en su poema visual exista una conexión verdadera entre el enfoque intimista y la cosmovisión. Hay un vacío que separa la vida terrenal de la conciencia humana del universo, seguramente por culpa del simplista panteísmo por el que se guía el cineasta, incapaz de proponer una simbiosis coherente entre ciencia y religión, entre la teoría de la evolución y la creencia en el más allá.

Eso en cuanto a concepto, porque en lo estético Terrence Malick sí encuentra una plasticidad con categoría de lenguaje cinematográfico en si misma, que ya es decir mucho por lo que tiene de recurso a la hora de prescindir de la narrativa convencional. No necesita de una argumento, ni de diálogos que expliquen las cosas, ni tampoco de un seguimiento cronológico de los personajes y su devenir. Rota esa barrera física, por así decirlo, dispone de una dimensión espiritual a través de la cual fluye un cauce de sensaciones que de otra manera resultarían imperceptibles. No se le puede negar dicho hallazgo, pues jamás se había visto un drama familiar sustentado única y exclusivamente en el poder expresivo de las imágenes ligadas a la memoria. Ahora bien, ese tipo de percepción da paso a una clarividencia falsa e impostada en forma de viaje astral fuera del tiempo que responde a una iconografía que se ha quedado desfasada desde que Stanley Kubrick la ensayara en 1.968, una vez asimilada por los documentales y programas de National Geographic.

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