Los semblantes muy serios de Rufi Etxeberria, Txelui Moreno, Miren Legorburu, Niko Moreno y Tasio Erkizia en Donostia reflejaban que la sentencia ha sido recibida por la izquierda abertzale con malestar. De hecho, se refirieron a ella como una «barbaridad jurídica». Pero por encima de ello, su comparecencia puso luz sobre la situación general para destacar que el Estado español ha dado otro paso en su deslegitimación en Euskal Herria y para asegurar en paralelo que «no hay sentencia que pare esta fuerza popular».

La valoración fue leída en euskara por Miren Legorburu y en castellano por Txelui Moreno, ante numerosas cámaras de televisión. Apenas hubo preguntas, dado que los representantes de la izquierda abertzale expusieron tanto sus consideraciones sobre la decisión judicial como sus previsiones sobre las consecuencias que tendrá, y en las que advierten un efecto bumerán contra el Estado.

«A día de hoy, nuestro pueblo percibe con más nitidez que nunca por qué y para qué se utiliza el rodillo represivo -dijeron-. El Estado carece de oferta democrática para Euskal Herria e intenta disimular su debilidad mediante la utilización de la violencia. Hoy en día, únicamente el Estado español utiliza la violencia contra la ciudadanía vasca -recalcaron Legorburu y Moreno-. Y esta actitud le deja sin legitimidad», añadieron.

Según su análisis global, esta sentencia deja aún más evidente que «el Estado español está resultando perdedor en el debate político. Aunque pretenda esconder mediante la utilización de la violencia y la amenaza su falta de oferta, propuesta o alternativa, el Estado español está perdiendo posiciones a pasos agigantados en Euskal Herria, día a día».

Frente a ello, apuntaron que «el proyecto de la izquierda abertzale, sin embargo, ha obtenido centralidad políticas gracias al apoyo popular masivo». Y de ahí concluyeron que «los tiempos de la negación y la imposición están llegando a su fin. En Euskal Herria se está abriendo, estamos abriendo, la era de la democracia y la aceptación de los derechos nacionales, colectivos e individuales». Más adelante, recalcaron el concepto de que «no hay sentencia que pare esta fuerza popular» y prometieron que «la izquierda abertzale no va a fallarle a su pueblo. Ninguna detención, juicio o sentencia van a sacarnos del camino emprendido».

«Profundizar en el camino»

La última frase de la comparecencia estaba extraída de la intervención de Arnaldo Otegi en su alegato final en el juicio: «Que nadie abandone este camino, porque vamos a ganar».

En esta línea, la izquierda abertzale plantea que «la respuesta ha de ser acorde al tamaño de la agresión. Debemos responder al rodillo de la negación y la represión profundizando en el camino de la democracia», explicaron antes de concretar que «ello exige unidad de fuerzas, de una respuesta a Madrid en clave de pueblo. Hemos de responder de forma aglutinante a la brutalidad de la sentencia y a todos los intentos de boicot. Con más pueblo».

La rueda de prensa comenzó con un saludo «caluroso y sentido» a «Arnaldo, Sonia, Arkaitz y Miren, así como al resto de compañeros y compañeras que conforman el Colectivo de Presos Políticos Vascos». Y concluyó remarcando «alto y claro» que «las personas hoy condenadas han de estar en la calle, libres, implicadas en la lucha de nuestro pueblo y en el proceso de soluciones».

El Gobierno español, mudo

En Madrid, la sentencia fue recibida con un notable apagón informativo y político. La mayoría de los medios le dieron escaso realce en un intento de situarla como una muestra de normalidad del Estado de Derecho. Otro tanto hizo el portavoz del Ejecutivo español, José Blanco, que no la valoró pese a ser interpelado repetidamente sobre ella tras el Consejo de Ministros. Sólo pidió que este caso no se mezcle con los de Sortu y Bildu, porque algunos políticos ya piden usar el fallo para su ilegalización.

El PP no ocultó su alegría. La vicesecretaria de Organización y Electoral, Ana Mato, manifestó su satisfacción y acusó a Otegi de «actuar al margen de la ley».