Floren Aoiz www.elomendia.com
Un nuevo paradigma político-institucional
El desafío principal para Bildu es lograr empujar a los demás hacia posiciones democráticas, animarlos a pasar al espacio de la democracia transparente. El reto es marcar un nuevo paradigma, algo que ya está empezando a hacerLas responsabilidades institucionales a gran escala, como las que ahora han recaído en Bildu, requieren un nuevo paradigma de actuación que no puede ser ni un calco del dominante en otras fases ni un salto en el vacío. Hay quien ha querido presentar la actitud de Bildu en el asunto de las cajas como la llegada de la izquierda abertzale al mundo real. Este enfoque corresponde a un discurso según el cual política es el juego institucional burocratizado en el que pese a la retórica demagógica, priman los intereses privados de una minoría de privilegiados sin que la ciudadanía tenga otro papel que verse acosada por los mensajes propagandísticos y el autobombo de los políticos profesionales.
Así, digámoslo un tanto bruscamente, política era, por ejemplo, lo que hacían quienes nos quisieron encajar -sin conseguirlo, por suerte- unas cuantas centrales nucleares argumentando que sin ellas tendríamos que alumbrarnos con velas. Eso era pragmatismo, realismo, sentido de país, frente a las tentaciones demagógicas de los enemigos del progreso y el desarrollo. De esta forma, los antinucleares no hacían política, como no la han hecho, según este paradigma, quienes han defendido el euskara, la construcción nacional, los derechos de las mujeres y tantas otras reivindicaciones. La política queda reservada a los partidos asimilados al marco institucional.
Hay varias maneras de entender la política, mal que a algunos les pese. Algunos la ven como algo opaco a la sociedad y muy dócil ante el dinero y los otros poderes, pero hay quien practica una política transformadora, comprometida, impermeable a las presiones de los consejos de administración.
Bildu se enfrenta ahora a las palmaditas prepotentes, «ahora vais a pisar tierra»... Quieren darle lecciones de gestión ¡los responsables de la crisis, quienes han evitado actuar contra el fraude fiscal, han alentado el derroche y nos han endosado faraónicos proyectos para hacer pasar dinero público a los bolsillos de sus amigos! De esos Bildu no tiene nada que aprender.
En realidad, el desafío principal para Bildu es lograr empujar a los demás hacia posiciones verdaderamente democráticas, animarlos a pasar al espacio de la democracia trasparente y participativa. Dar ejemplo de una actividad limpia, solvente y rigurosa, con la mirada puesta en la gente, en la sociedad. El reto es marcar un nuevo paradigma, algo que ya está empezando a hacer, de ahí el nerviosismo y el mosqueo de los viejos políticos.
Volviendo al caso de las cajas vascongadas, Bildu ha querido hilar fino marcando un nuevo estilo. Es algo novedoso, porque hasta ahora ninguna institución foral había asumido tal grado de compromiso en defensa de lo público, pero es importante, creo yo, que cada medida se sitúe en sus justos términos. No asistimos a la toma del Palacio de Invierno y las zancadillas a la agenda neoliberal, por mucho que puedan celebrarse, tienen sus limitaciones, porque ya va siendo hora de aplicar a lo social aquello de pasar de la resistencia a la construcción.