Puede que guiarse por las primeras impresiones sea, además de atrevido, algo resbaladizo pero, como en el cine, en la vida necesitamos dejarnos llevar por las emociones aunque sea de vez en cuando. Así que la intuición me dice que éste será un festival que marcará un nuevo camino, un sendero que va a mostrarnos otro modo de hacer y organizar Zinemaldia. Considero, además, que la transformación será para bien.

La 59 edición de Zinemaldia abrió ayer sus puertas con una historia acerca de los miedos infantiles, esos que también nos acechan a los adultos, transformados quizás. El canario Juan Carlos Fresnadillo es el director de «Intruders», una película que se ha proyectado fuera de concurso, protagonizada por Clive Owen y que probablemente obtenga una más que deseable proyección internacional. Fresnadillo apuntaba en la conversación que he mantenido con él (y que tendréis oportunidad de leer en breve) lo satisfecho que ha salido de la rueda de prensa. Un encuentro en el que ha disfrutado hablando de cine ante unos periodistas que, precisamente, le preguntaban acerca de su trabajo, y subrayaban así un interés cinéfilo, restándole importancia a la presencia de una estrella internacional. Llueve, pero las calles de Donostia ya empiezan a sentir las huellas de aquellos que disfrutamos con el cine. Nos quedan por delante ocho intensas jornadas de salas oscuras y conversaciones entre pintxo y café. Ocho días en los que tendremos el privilegio de habitar de nuevo los cines que parecen algo desangelados durante el resto del año.