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Abbas insiste en ir al Consejo pero no aclara qué hará con el veto de EEUU

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, confirmó ayer que acudirá al Consejo de Seguridad de la ONU el próximo 23 de setiembre. Abbas explicó su estrategia a través de un discurso en el que no aclaró qué hará cuando EEUU ejerza su derecho al veto ni en qué situación quedarán los refugiados. Esto ha motivado que Hamas ya cuestione el plan, aunque sin oponerse abiertamente.
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«Vamos a ir al Consejo de Seguridad». El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, confirmó ayer sus planes para la admisión de Palestina como miembro de pleno derecho en la ONU. En un discurso que pronunció en Ramallah con atrezzo institucional y emitido por televisión, el líder de Al-Fatah trató de cargar de razones sus próximos pasos, que se concretan en la solicitud de reconocimiento en el Consejo de Seguridad dentro de las fronteras de 1967 el próximo 23 de setiembre.

«Después, podremos regresar a las negociaciones (con Israel) con bases claras aprobadas por todos sobre las cuestiones del estatus final: Jerusalén, los refugiados, el agua, los colonos y nuestros prisioneros», aseguró Abbas. Sin embargo, el presidente de la AP no arrojó luz sobre qué es lo que hará cuando EEUU haga efectivo su veto, tal y como ya ha anunciado. Tampoco especificó cómo resolverá cuestiones jurídicas como la representatividad de la OLP o la situación de los refugiados. Esto ha motivado las advertencias de Hamas, que recordó al presidente de Ramallah de los riesgos que provoca el hecho de que su iniciativa no haya sido consensuada.

Sobre el veto estadounidense, Abbas sólo hizo una breve mención, alegando que hace un año el presidente de EEUU, Barack Obama, mostró su esperanza de ver este setiembre la creación del Estado palestino y su incorporación plena a la ONU. Sin embargo, eso fue hace doce meses. Ahora, EEUU ya ha anunciado su intención de ejercer su derecho al veto y ha instado a los líderes palestinos e israelíes a retomar la agotada vía negociadora, que vivió su último capítulo hace ahora un año cuando los palestinos se levantaron de la mesa después de que Israel se cerrase en banda y no aceptase ni siquiera congelar temporalmente la construcción de colonias en Cisjordania.

Quizás con el objtivo de aplacar los «peros» procedentes de Washington, Abbas aseguró que su estrategia «no pretende aislar a Israel o quitarle su estatus legal, pero sí quiere aislar las políticas israelíes».

«Perder el tiempo»

Las insistentes llamadas al diálogo fueron también criticadas por Abbas durante su discurso, según recogió la agencia Efe. «Esta actitud no ha servido más que para perder el tiempo y para que la ocupación israelí continúe imponiendo los hechos sobre el terreno», censuró Abbas, que recordó que la actitud de los actuales líderes hebreos, con Benjamin Netanyahu a la cabeza, «nunca llevará al establecimiento de un Estado palestino en las fronteras de 1967».

La apuesta de Abbas se centra en la estrategia institucionalizadora desarrollada por la administración de Ramallah en los últimos años, en la que ha seguido las recomendaciones de todos los estamentos internacionales. «Tenemos democracia, tenemos libertad, tenemos transparencia (...) necesitamos un Estado, un asiento en Naciones Unidas. Tan simple como eso», subrayó.

A pesar de ello, Abbas quiso rebajar la euforia de su próxima visita a Nueva York. «Ir a la ONU no es la estrategia palestina, sino parte de la estrategia para recuperar Palestina en las fronteras de 1967 con Jerusalén como capital», señaló, reconociendo que «no vamos a volver con la independencia», tras hacer un guiño a su predecesor, Yasser Arafat, asegurando que llegará a Nueva York «llevando una rama de olivo en las manos».

La división interna palestina (con Gaza en manos de Hamas y Cisjordania controlada por Al-Fatah), la situación de los refugiados o cuál sería el papel reservado a la OLP en caso de que la Autoridad Palestina accediese al estatus de Estado siguen siendo incógnitas que lastran el plan de Abbas. Por eso, el líder de Ramallah repartió insistentes guiños hacia el colectivo de exiliados, más de cinco millones repartidos por todo el mundo.

Éstos, sin embargo, no contentaron a Hamas, que hasta el momento se había mantenido en un laissez-faire combinado con esporádicas reacciones contrarias. «El discurso de Abbas no cuenta nada nuevo y no ha clarificado ninguno de los asuntos ambiguos a nivel legal», declaró Yousef Rezqa, asesor del jefe del Gobierno islamista en Gaza Ismael Haniyeh, que recordó que deberá de especificarse en qué situación quedarían los refugiados.

De todos modos, el previsible veto de EEUU devolverá la cuestión a la Asamblea General.

Obama recibirá a Netanyahu al margen de la Asamblea

El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció ayer que se reunirá con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al margen de la Asamblea General de la ONU que tendrá lugar la próxima semana en Nueva York. El inquilino de la Casa Blanca, que ya ha anunciado su intención de vetar la entrada de los Territorios Palestinos como Estado de pleno derecho, no hará lo propio con Mahmud Abbas, según señaló ayer el consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes. El funcionario estadounidense insistió en el mensaje que se está lanzando en los últimos días desde Washington: «Éste es un asunto que tendrán que resolver entre israelíes y palestinos».

La retórica sobre una vía negociadora en la que prácticamente nadie cree sobre el terreno ha sido esgrimida también por Netanyahu, que ha evidenciado su sintonía con los discursos que llegan desde Washington a pesar de los desencuentros que han caracterizado su relación con Obama.

«La paz sólo se logrará a través de las negociaciones directas con Israel», señaló Netanyahu a través de un comunicado distribuido por su oficina. Según este documento, el primer ministro israelí vuelve a aferrarse al mensaje de que la paz no llegará por acciones «unilaterales» como acudir ante Naciones Unidas ni «uniendo fuerzas con Hamas». Esta última frase hacía referencia a los continuos intentos de diálogo interpalestino entre sus dos principales formaciones políticas y que han sido insistentemente bloqueados desde EEUU y Europa. GARA

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