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Importante hallazgo arqueológico en Mutriku

La trampa de Kiputz IX escondía un bisonte estepario bien conservado

Entre Mutriku y Deba se ubican varios yacimientos como Praileaitz o Zerratu. Entre ellos se encuentran también los once yacimientos que llevan el nombre de Kiputz. Pero es el noveno el protagonista estos días, porque en él se ha encontrado el cráneo prácticamente completo de un bisonte estepario que vivió en los alrededores hace 18.000 y 19.000 años.

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M. LARRINAGA | DONOSTIA

El único cráneo prácticamente completo de bisonte estepario de la península Ibérica fue encontrado en el yacimiento de Kiputz IX el 25 de julio del año 2006 por miembros de la asociación arqueológica Munibe Taldea de Azkoitia. Después de dos años de restauración, la pieza hizo su «presentación en público» ayer ante la prensa, antes de ser entregada al Depósito de Materiales Arqueológicos y Paleontológicos de Gipuzkoa del Gobierno de Lakua en el barrio Intxaurrondo en Donostia.

Kiputz IX, que está situado en el bajo Deba y pertenece al término municipal de Mutriku, fue descubierto en 2002 por miembros de Munibe Taldea. Es una sima aproximadamente de dos metros y medio en cada lado y seis metros de profundidad que actuó como si fuera una trampa. En ella fueron cayendo los animales que vivieron en su entorno hace 18.000 y 19.000 años. Según Xabier Murelaga, profesor de Estratigrafía y Paleontologia de la UPV, y Pedro Castaños, catedrático de Biología y Geología y miembro de Aranzadi, es un yacimiento paleontológico de primer orden, ya que ha proporcionado una «importante muestra» de ciervos; en total, se han encontrado 48 individuos.

Pero lo más interesante de lo que esconde esta sima es que se han recuperado los conjuntos más importates de renos (23 individuos) y de bisontes (18) de toda la península Ibérica. Y la pieza más singular de todas es un cráneo prácticamente completo de bisonte estepario (Bison priscus), único en toda la península y que se encuentra entre los ejemplares mejor conservados de esta especie en el Occidente de Europa. La pieza perteneció a un macho adulto con una cornamenta que sobrepasaba el metro de largura entre ambos pitones, que cayó a la sima como si de una trampa se tratara y murió de inanición.

Castaños explicó que la trampa tiene muchas ventajas, porque no se han seleccionado los animales, simplemente han caído en ella y así se ha encontrado una «muestra» de los existentes en esos años. Aunque este bisonte convivió con los humanos durante el Paleolítico y fuese objeto de captura sistemática, éste no fue ni cazado ni comido, puesto que no muestra ninguna marca que haga pensar lo contrario.

La extracción fue muy complicada por las características de la sima. Es una cavidad estrecha y húmeda por lo que la estrategia más utilizada, realizar moldes de escayola, fue inviable. Por eso, optaron por sacar las piezas más grandes (los cuernos y el cráneo) por separado y después las piezas más pequeñas, porque aunque el cráneo esté casi al completo, lo encontraron partido en un millar de pequeñas piezas.

El bisonte estepario desapareció con la última glaciación (10.000 años) y fue uno de los protagonistas del arte rupestre que alcanzó su máxima expresión en Altamira.

REIVINDICACIÓN

La directora de Cultura de la Diputación de Gipuzkoa, Garazi Lopez de Etxezarreta, reivindicó que Lakua deje en manos de la Diputación el patrimonio arqueológico de Gipuzko para guardarlo en Gordailu.

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