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McGuinness eleva el apoyo a Sinn Féin y decide las presidenciales irlandesas

Sin ganar las elecciones presidenciales irlandesas, Martin McGuinness ha cumplido con los objetivos políticos de Sinn Féin no sólo al consolidar sino al incrementar el voto republicano en Irlanda y, de paso, decidir el resultado de las elecciones con una revelación sobre el pasado del independiente Séan Gallagher que puso fin a sus aspiraciones electorales para darle la victoria al laborista Michael D. Higgins.

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Soledad GALIANA | DUBLÍN

Para el candidato presidencial republicano, Martin McGuinness, y para Sinn Féin hoy es un buen día. Es cierto que McGuinnes no ha sido elegido presidente de la República de Irlanda, pero su presencia en la campaña electoral ha servido para poner de manifiesto que los republicanos consolidan sus apoyos en este territorio. El jefe negociador de Sinn Féin y viceprimer ministro norirlandés ha sido el tercer candidato más votado, superando a Gay Mitchell, de Fine Gael -el partido mayoritario de la coalición en el Gobierno de Dublín-, y sólo por detrás del que será el nuevo presidente irlandés, el laborista Michael D. Higgins, y del independiente Séan Gallagher.

En el último debate televisado, McGuinness acabó con las aspiraciones de Gallagher, el favorito en las encuestas hasta entonces, al revelar que el candidato independiente recaudó fondos para Fianna Fail, el partido al que los irlandeses responsabilizan de la actual crisis, en 2008.

«Cuando tomamos la decisión de que Sinn Féin estuviera presente en las elecciones presidenciales irlandesas, también tomamos la decisión de presentar a nuestro mejor candidato, y Martin McGuinness es sin duda una persona de calibre», afirmó la diputada y vicepresidenta de la formación republicana, Mary Lou McDonald, que apuntó que entre las cualidades del candidato republicano destaca el que «puede articular y casi personificar el mensaje republicano».

«Muy satisfactorios»

En declaraciones realizadas durante el recuento de votos, McDonald afirmó que los resultados obtenidos por McGuinness son «muy satisfactorios» y un paso importante para las aspiraciones de los republicanos, que han incrementado su voto un 3,5% desde las generales. McDonald apuntó que durante la campaña el candidato republicano había conseguido destacar cuestiones cruciales, tales como las dificultades económicas que atraviesan los votantes de Irlanda y la necesidad de que los electores norirlandeses tengan voto en las presidenciales irlandesas, una cuestión que afirmó espera sea resuelta el próximo año durante la convención que revisará el contenido de la Constitución de ese país.

«No hace tanto tiempo los republicanos hubieran sido considerados una voz marginal en la política del sur de la isla, y eso es algo que hemos cambio», sostuvo McDonald. «Hemos dejado claro que somos una parte integral del entramado político de este Estado, del diálogo político, y eso, para nosotros, es muy significativo», añadió .

Ahora Martin McGuinness retomará su cargo como viceprimer ministro norirlandés y continuará con su trabajo en el Ejecutivo de Belfast.

El resultado cosechado por McGuinness es aún más importante en el contexto de las críticas y ataques que sufrió desde diferentes estamentos políticos y mediáticos y desde las fuerzas de seguridad. Precisamente a esos ataques se refirió el líder de Sinn Féin, Gerry Adams, al acusar a Fine Gael de hacer política con las víctimas y pedir una estrategia real para solucionar esta cuestión en lugar de declaraciones de tintes electoralistas.

Con un comunicado hecho público a las 18.30 (19.30 en Euskal Herria), Martin McGuinness felicitó al laborista Higgins por su victoria y afirmó que será «un buen presidente», al tiempo que expresó su satisfacción por los apoyos recibidos. «Mi mensaje de liderazgo positivo, patriotismo y compromiso tiene una clara resonancia en cientos de miles de irlandeses. Creo que los irlandeses quieren un nuevo tipo de política y una nueva república basada en la igualdad y el respeto», subrayó.

El laborista Michael D. Higgins, elegido presidente por defecto

La victoria del candidato laborista Michael D. Higgins es una victoria por defecto por la que los laboristas tienen una deuda moral con Sinn Féin, porque fue Martin McGuinness el que desató el escándalo que dio la vuelta a las encuestas de opinión en las urnas, y que transformó el futuro presidencial del independiente Seán Gallagher en una pesadilla.

Según el recuento provisional de votos, Higgins podría llevarse el 40% de los sufragios de primera preferencia.

La victoria de Higgins, al que Gallagher adelantaba en las encuestas, se comenzó a fraguar durante el último debate televisivo, cuando McGuinness descubrió que Gallagher había recaudado fondos para Fianna Fail, el partido que detentó el poder en Irlanda durante doce años hasta las generales de febrero de este año. Gallagher -quien pasó de negar los hechos, a no recordarlos para finalmente admitirlos- había basado su campaña en su independencia política y su desvinculación con Fianna Fail. A este primer escándalo se sumaron otras cuestiones sobre sus actividades financieras, a las que Gallagher se negó a responder.

Michael D. Higgins, de 70 años de edad, será el noveno presidente de la República de Irlanda. Político, activista y poeta, fue diputado laborista por Galway, en el oeste de Irlanda, y es gaélicoparlante. Así mismo fue ministro de Arte, Cultura y Gaélico entre los años 1993 y 1997 en el Gobierno de coalición entre Fine Gael, laboristas y los Verdes. S.G.

hoy

Debido al complejo sistema electoral irlandés, los resultados definitivos no se conocerán hasta hoy, pero la ventaja de Higgins descartaba sorpresas.

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