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ELECCIONES EN UN NUEVO TIEMPO

«Nadie va a poder teledirigir la reconstrucción de la convivencia en Euskadi»

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Josu Erkoreka

Cabeza de lista del PNV al congreso por Bizkaia

Este bermeotarra, doctor en Derecho, afronta su tercera cita electoral como cabeza de cartel jeltzale por Bizkaia. Diputado en la Carrera de San Jerónimo desde 2000 y portavoz a partir de 2004, Josu Erkoreka persigue que su partido sea la primera fuerza en votos en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, y disponer del suficiente respaldo electoral para conformar grupo parlamentario en Madrid. Escapa de los mensajes estridentes y aboga por el diálogo con todas las fuerzas políticas.

Agustín GOIKOETXEA | BILBO

¿Son unas elecciones españolas un buen arranque para su proyecto de nuevo estatus político?

No será el arranque, el arranque tiene que radicar necesariamente en las instituciones vascas que salgan de los próximos comicios autonómicos. El nuevo estatus tiene que ser primero fruto de un pacto político y después de un acuerdo, pero de las instituciones vascas. Lo que sí serán estas elecciones es las que determinen las Cortes Generales en las que se debatirá eso después.

¿Por qué el horizonte de 2015?

Es la fecha en la que concluye la legislatura que arrancará el 20N. Tiene que ser en la que se aborde definitivamente este problema. El punto de partida tienen que ser las instituciones vascas y a nadie se le ocurre que una iniciativa de este tipo pueda arrancar de las instituciones vascas representativas con la composición actual. Lógicamente, habrá que aguardar a los comicios autonómicos.

¿Qué es ese nuevo estatus?

Estamos hablando de un nuevo estatus político que suponga un cambio cualitativo respecto a la situación actual, que no centre su atención en un mayor o menor cuantum competencial sino en una situación cualitativamente diferente. Una situación en la que se produzca un reconocimiento de la nación vasca en un estatus de igualdad, de manera que garantice el respeto a lo pactado, y en segundo lugar, que establezca unas dinámicas para la conformación de mayorías que apuesten por la integración, por dar cabida y garantizar el respeto a todo el abanico de identidades y de referencias de identidad nacional que existen en Euskadi pero que encomiende en última instancia las decisiones sobre el futuro del País Vasco y sus relaciones con su entorno a las mayorías lo más consensuadas y lo más amplias posibles, pero siempre a las mayorías de los ciudadanos vascos.

¿No es un tanto pretencioso arrogarse como el único programa «made in Euskadi»?

Miro alrededor y veo un programa del PP que hace cero referencias a Euskadi y 169, creo, a España. Veo uno del PSOE con cero referencias a Euskadi y ciento y pico a España. Y luego veo un folio y medio de la izquierda abertzale, que no contiene lo que tradicionalmente conocemos como un programa; es decir, un recetario que identifica problemas concretos y plantea soluciones o hace propuestas para los ciudada- nos vascos. No es propiamente un programa. No es que lo diga yo, es que los portavoces más cualificados de Amaiur lo están reconociendo también... Por eso hablamos del único programa de Euskadi.

El programa del PNV no sólo piensa en las reivindicaciones nacionales del pueblo vasco, piensa también en las urgencias y necesidades cotidianas de los ciudadanos. En esos términos es cómo hacemos la afirmación de que es el único pensado en Euskadi.

Sorprende la beligerancia de su discurso hacia Amaiur...

No será por mi parte... Procuro hablar de nuestro planteamiento porque confío en él. Tenemos una trayectoria que avala un activo y un balance de los últimos cuatro años que es excelente y puede sintonizar muy bien con amplias capas de la sociedad vasca. A mí me parece bien que la izquierda abertzale esté organizada, normalizada, presente en las elecciones, y que formule su propia propuesta. Tanto me parece bien que, en fin, he sido de entre los que más eficazmente he contribuido no ahora, sino en primavera, para que su presencia en las elecciones pudiera ser normalizada. Si me permite la comparación, si Bildu estuvo en las elecciones no fue porque Garitano y sus compañeros se sacaron un foto en la verja del Congreso con tres o cuatro diputados de allá, fue porque otros, mientras ellos se sacaban la foto en la verja, estábamos trabajando dentro para que eso pudiera suceder.

¿No temen la pérdida de votos por la derecha?

No creo yo que en relación con el resultado que arrojaron las urnas hace tres años y medio vaya a producirse sangría de votos hacia el PP, en absoluto.

Las encuestas aventuran que ustedes y Amaiur pueden obtener grupo parlamentario en Madrid. ¿Hay materias en las que es posible la colaboración?

Si su presencia es ocasional o muy puntual, la colaboración va a ser complicada. Si es más estable, en los asuntos de interés común va a haber colaboración. Si en Euskadi dos contendientes seculares como son el PP y el PSOE son capaces no sólo de colaborar sino de trabar las complicidades necesarias para formar un gobierno como el que lleva las riendas de Ajuria Enea en este momento, que no me digan que no es posible la colaboración entre la izquierda abertzale y el PNV cuando lo que se pone sobre la mesa no son asuntos de contenido económico y social, en los que puede haber discrepancias, sino de carácter nacional. Estamos para colaborar, lo hemos hecho con otras formaciones nacionalistas como CIU, ERC, BNG, y por supuesto que con Amaiur lo haremos en las cuestiones nacionales.

¿Se sienten cómodos ante un Mariano Rajo presidente?

Cómodos, no. Un primer factor es la ambigüedad con la que concurre a estas elecciones, no hay un punto de su programa que no esté rodeado de ambigüedad y de indefinición. Un segundo es que todo el mundo conoce su entorno, la trastienda que tiene el PP, y aunque él sea en lo humano afable, capaz de mantener una relación humana incluso entrañable, tiene a su alrededor lo que tiene. Ahora bien, quiero ser optimista y creer que él es consciente de que la magnitud de los retos que tenemos por delante no se puede abordar desde una instancia partidaria, por mucho que esa instancia goce de mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados.

Esta crisis económica no entiende de mayorías absolutas. Ha habido otros países con gobiernos que disfrutaban de mayorías absolutas que se han encontrado con dificultades inmensas y no han podido sacar adelante sus proyectos. La crisis económica no entiende de mayorías absolutas.

El reto de reconstruir la convivencia en Euskadi, buscar un marco para la normalización política, es un reto impresionante que nadie va a poder teledirigir desde Madrid, por grande que sea la mayoría que tenga en el Congreso de los Diputados.

¿El PNV teme una mayoría absoluta del PP?

He vivido una experiencia de mayoría absoluta del PP. Cuando accedo al Congreso de los Diputados por primera vez, me estreno con una mayoría absoluta del PP, en el periodo 2000-2004, y tengo un recuerdo deplorable de lo que fue aquello. Ahora bien, quiero creer en primer lugar que las personas importan y que las coyunturas importan también y ni las personas son las mismas -no me refiero sólo a Mariano Rajoy sino también a su entorno más inmediato-, ni la coyuntura es la misma. El año 2000 vivíamos un momento económico expansivo, positivo, y Aznar pudo permitirse cometer algunas tropelias que ahora creo que cualquiera que asuma las riendas del gobierno, de éste o de cualquier gobierno de la Unión Europea, tiene que tentarse mucho más la ropa.

La notable diferencia en las personas y en la coyuntura puede hacer que el Ejecutivo de Rajoy intente gobernar con los pies en el suelo y con una vocación integradora y de consenso y de incorporar la pluralidad y la diversidad con mayor esfuerzo. Quiero creer eso, aunque los hechos serán los que me confirmen o me desmientan.

Tras el 20N, ¿será ya con seguridad momento de pedir elecciones anticipadas al Parlamento de Gasteiz?

Si se confirman las encuestas y triunfa el Partido Popular con una mayoría absoluta o cercano a lo absoluto en las Cortes Generales de Madrid, a Patxi López le quedan dos alternativas: o adelanta las elecciones autonómicas, si tiene un mínimo de pundonor y dignidad, o si no está abocado a padecer un via crucis sufriente, porque el PP aquí, Basagoiti que es su único valedor, le pondrá claras las condiciones en las que está dispuesto a continuar apoyándole y esas condiciones pasarán inexorablemente por convertir el Gobierno Vasco en una instancia puesta a disposición de las pautas o orientaciones que se marquen desde el poder central.

Si alguien en el PSE siente la tentación de convertir el Gobierno Vasco en una plataforma que sirva de ariete contra el Ejecutivo central, es decir la oposición territorial como una expresión más de la oposición del PSOE contra el PP, ya sabe que no tiene ninguna posibilidad de utilizar el Gobierno Vasco para eso. Por tanto, que Patxi López se pase los próximos meses o años convirtiéndose en el monaguillo de Mariano Rajoy resultará del todo chocante y lastraría definitivamente su imagen de cara a su futuro político. O convoca elecciones autonómicas o tiene ante sí un via crucis por delante terrible.

Rubalcaba y Rajoy remarcan que actuarán unidos

El canal «Elecciones Generales 2011», puesto en marcha por la agencia Efe y Youtube, preguntó ayer a los principales candidatos al Congreso por la situación creada por ETA. En realidad, el planteamiento de la cuestión se prestaba a una respuesta negativa, ya que el interrogante textual era: «¿Qué concesiones estaría dispuesto a hacer a ETA a cambio de su disolución definitiva y la entrega de armas?». Ante ello, Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE) ha indicado que «lo que hay que hacer es sentarnos todos los demócratas y ver cómo gestionamos esta situación». Y Mariano Rajoy (PP) aboga por «a partir de ahora todos juntos, unidos, trabajando con la Ley y el Estado de Derecho». GARA

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