Internacional
Gol olímpico, más que casualidad
El nombre que define esta jugada se debe a que en 1924 Onzari marcó de córner directo a Uruguay, campeona olímpica en París.
Joseba VIVANCO
En junio de 1924, la International Football Association Board (IFAB) modificó el artículo 11 de las Reglas de Juego, autorizando por primera vez la consecución de un gol directamente de un tiro de esquina. Es lo que hoy todos conocemos como `gol olímpico'. Pero la cosa no acabó ahí. Un periodista deportivo de Liverpool llamado Ernest Edwards preguntó a los dirigentes del Everton: «No hay nada -en el reglamento- que prohíba tomar el balón y, en lugar de verse obligado a rematar, regatear hasta convertir. ¿Por qué no probar y ver qué sucede?». Y dicho y hecho, un jugador le tomó la palabra y sorprendió a todos marcando desde la esquina, pero jugando el balón. A principios de agosto el citado artículo fue corregido y desde entonces se adjudica a Thomas Billy Alston el honor de marcar ese agosto, en un partido de la Segunda División escocesa, el primer `gol olímpico' oficial.
Pero el dato se ha descubierto, muchas décadas después, erróneo. Jorge Horacio Gallego aclara esta falsedad en un artículo recogido en la revista digital del Centro de Investigaciones de Historia y Estadísticas del Fútbol Español. Resulta que sus investigaciones han desvelado que el tanto fue obtenido de cabeza a la salida de un saque de esquina y «ni siquiera existió la posibilidad de que Alston fuese el ejecutor del córner».
Juan Onzari, el primero
Aclarada la histórica confusión, el honor recae en Cesáreo Juan Onzari (1903-64), del C.A. Huracán, de Buenos Aires. Como recoge la FIFA en su web, en aquella misma época Argentina organizó dos amistosos con Uruguay, que venía de ganar la medalla de oro en el Torneo Olímpico de Fútbol de París 1924. El primero terminó 1-1, mientras que la revancha, finalmente, se llevó a cabo el 2 de octubre y fue ganada por Argentina 2-1. A los 15 minutos, con el marcador 0-0, el atacante argentino Cesáreo Onzari ejecutó un tiro de esquina desde la izquierda con tanto efecto que, para desgracia del arquero uruguayo Antonio Mazzali, se coló contra el primer palo.
La prensa deportiva, entonces, quizá más por burla que por admiración, lo transformó en el primer gol olímpico, haciendo un juego de palabras con el éxito reciente del rival uruguayo. Curiosamente, la primera vez que se vio la `vuelta olímpica', como hoy se denomina, fue por el equipo uruguayo campeón en esos JJOO de 1924.
«Me salió porque tenía que salir. Quizá el arquero se había levantado mal ese día o lo hayan molestado, porque nunca más emboqué otro. Lo cierto es que cuando vi la pelota adentro, no podía creerlo», afirmó el ya fallecido Onzari. El árbitro uruguayo Ricardo Villarino jamás dudó en convalidarlo, ya que conocía la nueva disposición «aun cuando no nos ha sido comunicada a los referees de la Asociación Uruguaya de Fútbol», aclararía tras el partido.
A partir de entonces, esta faceta del juego ha seguido asombrando a los espectadores y hasta ha tenido sus particulares especialistas. Uno de los más endiablados ejecutores de tiros de esquina ha sido el también argentino Juan Ernesto Cococho Álvarez. Durante sus seis temporadas en Colombia, anotó apenas 35 goles en 226 partidos, pero ocho de ellos resultaron olímpicos. Lo curioso es que en agosto de 1976, jugando para el Deportivo Cali, le marcó dos al Deportivo Cúcuta... ¡en el mismo encuentro!
¿Cuál era su secreto? «Quedarnos tras la práctica con el colombiano Ñato Torres pateando tiros de esquina a ver quién metía más. En 1979 hicimos otra vez dos goles olímpicos en un partido, a Quilmes, por la Copa Libertadores, pero uno cada uno. No sé cuántos equipos pueden decir que lograron algo así», admitiría Álvarez.
El alemán Bernd Nickel también resultó un especialista. Jugando para el Eintracht de Frankfurt marcó 141 tantos, cuatro de ellos olímpicos, el primero al legendario Sepp Maier, aunque la particularidad de ese gol fue que lo ejecutó desde la esquina izquierda, ¡con la parte exterior del pie zurdo!
Marcó, lo repitió y volvió a anotar
Pero uno de los más curiosos goleadores de esta modalidad fue otro argentino, Aníbal Francisco Cibeyra, quien anotó tres con la camiseta del Emelec de Ecuador... ¡en tres clásicos consecutivos contra Barcelona de Guayaquil! La hazaña, realizada en 1978, le valió el apodo de `El Loco de los goles olímpicos'.
O el caso del norirlandés Charlie Tully, quien en 1953 convirtió uno jugando para el Celtic en campo del Falkirk, aunque el árbitro le obligó a repetir el lanzamiento por considerar que el balón estaba situado fuera del cuarto de círculo reglamentario. Tully volvió a ejecutar el lanzamiento... ¡con igual resultado!
El único gol olímpico marcado en una Copa Mundial de la FIFA, hasta 2011, lo había anotado el colombiano Marcos Coll al inolvidable arquero ruso Lev Yashin en Chile 1962. En 2011, sin embargo, se sumó a la lista el juvenil mexicano Jorge Espericueta -de bisabuelos vascos-, quien le marcó uno a Alemania en la semifinal de la última Copa Mundial Sub-17 de la FIFA.
Lo que está claro es que todos los goles obtenidos de esta manera siguen despertando, por su dificultad, el mismo asombro que aquel que hizo Onzari 87 años atrás, abriendo el camino.
Corea del Norte venció por 1-0 a los samurais azules de Japón el martes en partido correspondiente a la fase de clasificación para el Mundial 2014, en la zona asiática, y consiguió por primera vez situarse como campeona del mundo `no oficial'. Así es, hace unos años varios analistas hicieron un estudio de cómo sería el fútbol si a éste se le aplicaran las reglas del boxeo, es decir, si el sistema de competición fuera el siguiente: el campeón siempre pone en juego su título y, si no pierde, lo mantiene, pero si pierde, su rival pasa a ser el nuevo campeón mundial. A este sistema lo llamaron Campeonato del Mundo no Oficial o, en inglés, Unofficial Football World Cup. Quienes realizaron este estudio tomaron el primer partido internacional de la historia, disputado entre Inglaterra y Escocia el 30 de noviembre de 1872. Acabó con empate, así que, de ahí no salió ningún campeón. Fueron al segundo partido, disputado el 8 de marzo de 1873. Ganó Inglaterra 4-2, y se proclamó primer campeón del mundo `no oficial'. Ahora, Corea del Norte le acaba de arrebatar ese honor a su vecino, que lo detentaba desde octubre de 2010 cuando derrotó a Argentina, que a su vez se lo había `birlado' a España, a la que ganó 4-1; desde entonces, los nipones no habían perdido ni uno sólo de sus 16 partidos. Los norcoreanos pondrán en juego su `título' en marzo próximo.
Otro que ha marcado un hito es el egipcio Ahmed Hassan, que acaba de igualar el récord mundial de partidos internacionales (178) que tenía el saudí Al-Deaye; con 177 está el mexicano Claudio Suárez y con 169 el también faraón Hossam Hassan. El español Iker Casillas se convirtió contra Costa Rica en el jugador que más veces ha vestido la camiseta de su selección con 127, superando a Zubizarreta. Otro portero, Buffon, ha igualado al mítico Zoff como tercer italiano con más internacionalidades, 112. J.V.