El preso de Burlata Mikel Oroz, encarcelado en Liancourt (Picardía), tuvo que pasar una hora encerrado en su celda mientras ardían las de alrededor y el humo se propagaba a través de los conductos de ventilación después de que un preso común intentase suicidarse el día 4 dando fuego a su celda, según explicó ayer en Iruñea Ainhoa, hermana del preso político.

Junto a ello, Ainhoa Oroz relató que cuando su hermano pidió explicaciones a los funcionarios por haberles mantenido en las celdas pese al evidente riesgo que estaban sufriendo por la propagación del fuego, éstos le respondieron que no podían abrir las puertas hasta que no recibieran la correspondiente orden. Mikel Oroz tuvo que colocar toallas mojadas en el conducto de ventilación y en su cabeza y vio cómo estallaba la celda en la que se inició el incendio.

Los portavoces de Etxerat Rakel Iriarte y Javier Blasco destacaron que el caso de Oroz «no es más que un triste botón de muestra de la realidad que sufren nuestros familiares y amigos encarcelados. Y es que la política penitenciaria vigente, basada en criterios de venganza, utilización y represión, vulnera de forma permanente sus derechos más elementales».

Por ello, reclamaron el fin inmediato de esta situación y recordaron que los allegados de los presos políticos se juegan la vida todos los fines de semana para poder visitarles. Así, en 2011 ya se han registrado trece accidentes, que ascienden a 400 en los últimos 22 años. «Esta cruel ruleta rusa debe terminar cuanto antes», exigieron.

Junto a ello, calificaron de «totalmente necesaria» la liberación de los presos que sufren medidas de excepción, tal y como ha reclamado el Colectivo, destacando que quienes han cumplido los dos tercios de la condena impuesta o quienes sufren la aplicación de la doctrina 197/2006 ya deberían estar en libertad, «ya que los motivos por los que siguen en prisión tienen poco que ver con los criterios de derecho y mucho con ciertas ansias de venganza».

Asimismo, reclamaron la puesta en libertad de los presos enfermos, poniendo especial énfasis en la situación de Txus Martín. En este sentido, recordaron que el 25% de los presos sufren algún problema de salud.

«Etxerat, junto con el resto de la sociedad vasca, va a continuar exigiendo que se respeten los derechos de nuestros familiares y amigos. Es tarea de todos construir un futuro inclusivo en el que todos nos sintamos vencedores, un escenario en el que no haya presos ni exiliados políticos y que supere definitivamente las consecuencias del conflicto que han llevado a nuestros allegados al exilio o a la cárcel», añadieron.