Califican de éxito la huelga contra las privatizaciones en Osasunbidea
Los sindicatos CCOO, ELA y LAB, convocantes de la huelga del personal de cocina de los centros hospitalarios públicos de Nafarroa, calificaron de «total» el paro celebrado ayer, pese a unos servicios mínimos «abusivos» y una presencia policial «desproporcionada» que supuso, según denunciaron, «una vulneración del derecho fundamental a la huelga», hecho que motivó la presentación de una denuncia ante la Inspección de Trabajo.
GARA | IRUÑEA
El personal de cocina de los centros hospitalarios de Nafarroa secundó ayer una jornada de huelga en contra de la privatización de este servicio, que fue secundada por «todos excepto quienes tenían servicios mínimos», y que se hizo patente en la calle a través de una nutrida manifestación que contó con la asistencia de otros colectivos de la plantilla de Osasunbidea.
Los sindicatos convocantes, CCOO, ELA y LAB, que calificaron de éxito la jornada de paro, señalaron que el respaldo a estas movilizaciones «evidencia que tanto el personal de cocina, como el resto de plantilla de Osasunbidea como la sociedad Navarra están en contra de la privatización de la cocina y resto de servicios».
Añadieron que el éxito de la huelga «tiene especial valor porque ha sabido sobreponerse a unos servicios mínimos abusivos, que han sido judicializados».
Asimismo, denunciaron la «desproporcionada presencia policial» que, a su juicio, supuso «una vulneración del derecho fundamental a la huelga», hecho por el que interpusieron una denuncia ante la Inspección de Trabajo.
Según explicó el representante de ELA, Imanol Pascual, la convocatoria de huelga estaba hecha «de manera legal», por lo que, al igual que en ocasiones anteriores, sobre las 7.30 de la mañana un piquete informativo de unos quince sindicalistas intentó acceder al complejo hospitalario.
Sin embargo, «entre diez y veinte furgonetas de la Policía foral nos han impedido acceder al recinto hospitalario, lo que entendemos que es vulnerar el derecho a la huelga», dijo.
Petición al Gobierno
Finalizada la manifestación, ante las oficinas del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, los convocantes leyeron un comunicado en el que emplazaron a la presidenta y al vicepresidente del Gobierno, Yolanda Barcina y Roberto Jiménez, respectivamente, y a la consejera de Salud, Marta Vera, a «paralizar de inmediato» la privatización de las cocinas hospitalarias.
También se les instó a «ser defensores del sector público» y a «poner en valor el trabajo que hacen esas 200 personas, fundamentalmente mujeres, para dar de comer a más de 800 pacientes al día», señalaron, tras denunciar la «irresponsabilidad» de los recortes que acomete el Ejecutivo foral, que hacen que «aumente el paro y que el empleo sea más precario».
Por su parte, el candidato al Congreso de la coalición Amaiur, Sabino Cuadra, emitió un comunicado en el que, tras mostrar su apoyo a los trabajadores y felicitar a los convocantes por el «esfuerzo de unidad» realizado, denunció al consejero de Interior, Roberto Jiménez, por «ponerse a la cabeza de la represión de los trabajadores».
Los convocantes denunciaron que «entre diez y veinte furgonetas de la Policía foral» impidieron el acceso al recinto hospitalario a una quincena de sindicalistas para informar de la convocatoria a los trabajadores, lo que calificaron de «vulneración del derecho a la huelga».
El consejero de Presidencia e Interior, Roberto Jiménez, anunció ayer que remitirá al juzgado el informe policial sobre los sucesos acaecidos el 27 de octubre, día en el que la Policía cargó contra varios cientos de jóvenes que pretendían mostrar su rechazo a los recortes frente al Departamento de Educación, al término de una multitudinaria marcha que recorrió el centro de Iruñea.
Jiménez, que compareció por la mañana en el Parlamento a petición de su partido, calificó dicha protesta de «acto de vandalismo» y acusó a los participantes de «reventar la normal convivencia». El consejero agradeció a UPN, PSN y PP por su apoyo a la Policía foral, de la que dijo que respondió con criterios «profesionales» y de forma «mesurada».
Por el contrario Patxi Zabaleta, de NaBai, sostuvo que «la perspectiva del buen gobierno no puede ser otra que respetar y dar cauce a una inquietud que roza la alarma» ante los recortes en políticas sociales, mientras Víctor Rubio, de Bildu, aseguraba que no se hubieran producido incidentes si se hubiera dejado a los manifestantes entrar en Educación para presentar sus reclamaciones.
Txema Mauleón, de Izquierda-Ezkerra, dijo que su grupo «siempre rechaza la violencia», aunque negó que lo sucedido hubiera sido una vuelta al pasado de la «violencia callejera» como señaló Jiménez. GARA