Crónica | Ocupación en Bellvitge
Profesionales y usuarios se hartan de recortes en Sanidad
Un grupo de jubilados, mal llamados «yayoflautas», ocupan des- de hace días un ambulatorio en Bellvitge, mientras médicos y profesionales de la salud organizan varias convocatorias de huelga. De fondo, dos fallecimientos en las últimas semanas por falta de atención sanitaria.
Beñat ZALDUA | BARCELONA
«Tengo la garganta mal, he pedido hora y me la han dado para el 12 de diciembre, ¿Tú crees que es normal?». Un vecino del barrio de Bellvitge (Hospitalet del Llobregat) se expresa en estos términos desde el Centro de Atención Primaria de Rambla de la Marina, cerrado desde hace varias semanas y ocupado desde entonces por un nutrido grupo de jubilados del barrio.
Los han llamado «yayoflautas», aunque a Francisco Polonio, uno de ellos, no le gusta el término. «No estamos aquí por vicio ni por aburrimiento, estamos aquí porque nos están obligando». La semana pasada reclamaron ante el departamento de Sanidad, pero ni siquiera han recibido el acuse de recibo oportuno. «Si así no nos hacen caso, tendremos que pensar algo más contundente», concluye Polonio.
El CAP de la Marina no es ningún lujo del otro mundo. Un poco de hormigón y material prefabricado dan sustento a un edificio de dos pisos que da cobertura sanitaria a la mitad del barrio, donde se calcula que viven, según las autoridades, unas 36.000 personas, aunque los vecinos aseguran ser más. Ahora, en nombre de la austeridad y la eficiencia, esos 36.000 vecinos tendrán que concentrarse en un solo centro, lo que inevitablemente causará una gran demora en las listas de espera.
«Pero no se trata sólo de que la asistencia se haga más larga», señala Polonio, que asegura que «estamos hablando de un barrio donde hay más de 6.000 vecinos que superan los 65 años». Los problemas de movilidad se agigantan y, pese a que las autoridades alegan que el centro alternativo se encuentra a menos de un kilómetro de distancia, Polonio evidencia que no son lo mismo «500 metros para un joven de 30 años que para una mujer de 70 con problemas de movilidad».
Bellvitge es uno de los barrios obreros por excelencia del área metropolitana de Barcelona; nacido a la fuerza en los años 60, por la llegada masiva de trabajadores del centro y sur de la península. «Aquí no nos han regalado nada -reivindica Polonio-; este mismo ambulatorio se instaló porque nosotros lo conseguimos, así que no piensen que ahora nos lo van a quitar tan fácil». Pese a que pueda parecer una ironía, Polonio subraya: «No nos arrugaremos».
Consecuencias patentes
Pese a que el Govern no se cansa de asegurar que los recortes en Sanidad no tienen ningún efecto sobre la atención a los usuarios, los hechos se están encargando tozudamente de demostrar lo contrario. Ya no se trata sólo de que las listas de espera hayan aumentado hasta límites desconocidos.
Estos días se ha sabido que María del Carmen Mesa, de 65 años, murió el 16 de setiembre por un aneurisma, después de deambular durante 65 horas por cuatro hospitales. En unos no tenían quirófanos disponibles, en otros no había camas. A su caso se suma el de otra mujer, fallecida el 29 de setiembre en el Hospital de Sant Pau, después de horas esperando que le parasen la hemorragia interna o la trasladasen de hospital. No había ni radiólogo ni ambulancia disponibles.
En ambos casos, la Conselleria de Sanitat ha negado relación alguna entre estas muertes y los recortes. Un punto de vista que no comparten, sin embargo, las familias afectadas, que vinculan directamente los sucesos con las políticas del Govern y han emprendido acciones legales para depurar responsabilidades.
Entre los trabajadores, la situación se está volviendo insostenible. Ayer se celebró la segunda jornada de huelga convo- cada unilateralmente por el sindicato Metges de Catalunya, con un seguimiento difícilmente mesurable: según los convocantes, el 71% de los profesionales hizo huelga, mientras que la Generalitat situó el seguimiento entre el 16 y el 20%. El portavoz del Govern, Francesc Homs, no dudó en calificar de fracaso una huelga con la que Metges de Catalunya ha pretendido presionar a la Consellería, pero sin tener en cuenta al resto de sindicatos. La CGT también ha convocado una huelga para mañana viernes.