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Acuerdo para 2012

Garitano sitúa el pacto con el PNV como un paso para otro modelo

Los jelkides retiran su enmienda a la totalidad contra los presupuestos de Bildu para Gipuzkoa con un acuerdo que abre la opción al estudio y consenso sobre la gestión de los residuos en un plazo de seis meses

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Oihane LARRETXEA | DONOSTIA

Los partidos con representación en las Juntas Generales de Gipuzkoa no le habían puesto nada fácil el camino al proyecto de presupuestos presentado por Bildu, después de que todos, a excepción de Aralar, presentaran una enmienda a la totalidad. No obstante, tras días de negociaciones entre la coalición soberanista y los jeltzales, el partido encabezado por Markel Olano confirmó ayer que el acuerdo había sido posible y que, por lo tanto, no iba a ser necesario prorrogar los presupuestos del último año. Con la abstención del PNV en las Juntas, y el voto a favor de Aralar, dicho borrador presupuestario salvó su primer escollo. PP y PSOE, con una Rafaela Romero que no ocultó su enfado por no ser «el socio preferente» de la coalición soberanista y tras admitir que «queríamos trabajar con ustedes», votaron en contra.

Tanto el diputado general, Martin Garitano, como Olano destacaron lo arduo de las conversaciones y ambos se felicitaron por la voluntad mostrada tras poner «toda la carne en el asador». Y todo ello «sin abandonar las ideas políticas de cada uno y desde el respeto», declaró Garitano. Para el diputado general, es «muy importante» la aprobación de este proyecto en un momento en que «muchas familias lo están pasando mal» y a las que «se va a poder atender». Lo situó además como «un paso para cambiar las cosas hacia una nueva Gipuzkoa».

El acuerdo al que ambas formaciones llegaron a última hora del domingo tiene dos pilares fundamentales. Por un lado, destaca el paquete de medidas para la promoción económica, como la creación de empleo y el apoyo a las empresas. Para materializarlo, han previsto una partida de ocho millones de euros en el presupuesto del Departamento de Innovación, Desarrollo, Rural y Turismo.

Asimismo, en función de la proyección presupuestaria que se realice en mayo, se podrá hacer uso de otros dos millones de euros para hacer frente a las crisis, según recoge el texto.

A juicio de Olano, es «una oportunidad de oro» para que Bildu teja una nueva relación con empresas y trabajadores, mientras Garitano destacó que ahora la dependencia con el sector de la construcción es menor.

Los residuos urbanos

Más allá de este primer apartado, el hueso duro de las negociaciones, y uno de los condicionantes prioritarios de los jeltzales, era la gestión de los residuos y el futuro de la incineradora prevista en Zubieta. En este segundo punto, ambas partes han determinado centralizar el debate en las Juntas Generales.

Establecen que será la Comisión de Medio Ambiente la que analizará las decisiones adoptadas en el seno de esta institución en torno a la planificación de los residuos y la que conocerá cualquier propuesta que pueda hacer la Diputación para modificar la norma foral por la que se aprueba el Plan Integral de Gestión de Residuos Urbanos de Gipuzkoa (PIGRUG), que contempla la incineración.

En un proceso en el que también participarán las mancomunidades, esta comisión deberá tomar una decisión antes del 30 de junio de 2012. Mientras tanto, Bildu se ha comprometido a que no se adoptará ningún acuerdo que «impida u obstaculice la ejecución de las infraestructuras» previstas y aprobadas hasta ahora en aquellas instituciones o entidades en las que tenga mayoría como ocurre, por ejemplo, en el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK), cuyo Consejo de Administración se reunió después.

Juan Carlos Alduntzin, presidente de GHK y diputado de Medio Ambiente, confirmó, tal y como se puede leer en el texto de la página de la derecha, que este periodo se empleará para analizar la situación y barajar las distintas posibilidades. Declinó hablar sobre la posibilidad de intensificar el puerta a puerta y construir una incineradora de dimensiones más reducidas, afirmando que «son cosas diferentes»: el primero aborda el aspecto de la recogida y el segundo corresponde al tratamiento.

Mientras que Bildu goza de mayoría en GHK, no ocurre lo mismo en las JJGG, por lo que ambas partes deberán negociar sobre la gestión de los residuos. «Cada uno deberá adoptar las decisiones que por sus competencias tenga que adoptar», añadió, al tiempo que recordó que «ni los ayuntamientos van a poder obligar a las Juntas a tomar decisiones en contra de su voluntad, ni las Juntas Generales van a obligar a los ayuntamientos a adoptar decisiones en contra de su voluntad».

A pesar de que las negociaciones serán largas, se mostró convencido de que se logrará un acuerdo y de que será fruto «de un consenso mayoritario. GHK tiene el compromiso de buscar y analizar las alternativas a la nueva realidad del territorio», concluyó.

El proyecto de presupuestos de Bildu seguirá ahora su tramitación y, tras el debate de las enmiendas parciales, se someterán a votación en el pleno que la Cámara foral celebrará el viernes 23 de diciembre. Si todo va sobre lo pactado, las primeras cuentas del Ejecutivo de Martin Garitano serán realidad ese día.

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