Democracia Real Ya es uno de los vértices de este heterodoxo movimiento conocido como 15M. La reforma electoral en el Estado español se ha convertido en una de sus principales banderas. Para hoy está convocada la primera marcha de esta plataforma bajo este lema. Todavía no hay propuestas concretas, aunque sus posturas se mueven entre un cambio en las matemáticas hasta la centralista circunscripción única.

¿Qué es Democracia Real Ya?

Nació como grupo pro movilización ciudadana. Se crearon ocho puntos sobre qué es lo que se quería cambiar y trabajamos sobre ellos junto a todas las plataformas del movimiento 15M.

¿Funciona como elemento autónomo dentro del 15M?

Somos muchas las asociaciones autónomas unificadas en torno al 15M. Cada una tiene su identidad, pero todas trabajamos por un objetivo común.

Se les ha calificado como el ala «reformista» del movimiento.

Nos han llamado los moderados del 15M, pero no sé hasta qué punto. También somos los primeros en salir a la calle.

Existe la sensación de que la demanda de una reforma electoral se ha convertido en su principal reivindicación. ¿Es así?

No es la principal, pero acabamos de pasar las elecciones y es palpable el desajuste de escaños y votos. Por eso es algo que hay que reclamar ya. Al PP le han votado los mismos 10 millones de siempre. Al mismo tiempo, existen partidos que, como Equo, han obtenido 200.000 votantes y que, moralmente, tendrían que tener tres escaños, cuando otros han obtenido diputado con 40.000. Por eso decimos que no nos representan. La mayoría absoluta son tres de cada diez. PP y PSOE trabajan para los mercados, no para los ciudadanos. Este es un juego en el cual se van blindando para que los mismos de siempre sigan en el poder. La reforma electoral es la piedra angular.

Esto se ha interpretado como una demanda de mayor centralismo en el Estado español.

No. Porque con cualquier otra ley electoral, los partidos nacionalistas quedarían igual. Después de las elecciones se realizaron diferentes modelos para ver cómo quedaría el Congreso con otros sistemas y los nacionalistas quedaban igual, un diputado arriba o abajo. Quienes sí que se ven perjudicados o beneficiados son los minoritarios de ámbito estatal y PP y PSOE, que son los grandes.

Sin embargo, las críticas se han centrado en el número de diputados obtenidos por partidos de las nacionalidades sin Estado.

Una distribución distinta del reparto de los votos no tiene como objetivo atacar a los nacionalistas. Vivimos en una alternancia de PP y PSOE y eso es lo que hay que parar. Hay otros que se han quedado a las puertas, que les ha costado mucho pasar el tema de los avales, cuando además han recibido bastantes votos. Está Equo, el PACMA. No estamos por ninguno, sino por una representabilidad de toda la ciudadanía.

Una de las iniciativas electorales, la de la aritmética, instaba a votar al partido que tuviese más fácil romper el bipartidismo. ¿No supone eso frivolizar la política? ¿Se votaría a un partido ultraderechista como Plataforma per Catalunya como alternativa?

Esa iniciativa no era nuestra, va en contra de lo que planteábamos. No abogamos por el voto útil sino en conciencia.

¿Qué modelo de reforma propugnan, un cambio numérico o la imposición de una circunscripción única?

Es algo sobre lo que se está trabajando. El punto de partida será la manifestación del día 18. Ahora estamos estudiándolo. Se han valorado todas las opciones, también la de la circunscripción única. Todavía no apostamos por ninguna en concreto.

¿Hacia dónde evoluciona el 15M? Con el auge de las ocupaciones, parece que el modelo de izquierda alternativa haya ganado espacio.

Las ocupaciones son muy visibles y se monta revuelo. Pero lo que es increíble es que no se monte revuelo con la cantidad de familias que se quedan en la calle. Tampoco creo que se haya radicalizado el movimiento. Se está extendiendo y tiene mucha aceptación. Porque se piden cosas de sentido común.

¿Cómo plantean trasladar la asamblea a la gestión?

Hay una propuesta de democracia 4.0 que pretende que los ciudadanos tomen las riendas y puedan tener participación real sobre las decisiones políticas. Quitar soberanía a los partidos, no darles un cheque en blanco. Ahora mismo hacemos la declaración de la renta por Internet, también podríamos participar políticamente. El objetivo es cambiar el modelo. Vivimos en una sociedad moderna, en la que la técnica nos permite trabajar de otra manera.