Última cita liguera del año
La mejor manera de disfrutar las vacaciones
Osasuna y Villarreal se enfrentan en posiciones inhabituales. En caso de victoria, los rojillos pueden despedir el año en posiciones europeas, mientras su rival corre el riesgo de caer a puestos de descenso.
Amaia U. LASAGABASTER
Faltará la guinda copera ante el Almería pero, teniendo en cuenta cuál es el sustento de Osasuna -como de casi todos los equipos-, será hoy cuando los rojillos tengan la ocasión de redondear un arranque de temporada casi perfecto y asegurarse unas vacaciones dedicadas en exclusiva al descanso y disfrute.
Lo bueno del caso es que, aún en caso de tropiezo, los navarros seguirían mereciendo un buen regalo de Olentzero, gracias a una trayectoria ascendente, que les ha llevado a encajar una sola derrota en las ocho últimas jornadas y les permite mirar a casi toda la categoría por encima del hombro. Pero aún mejor es que, en caso de victoria, el regalo se lo harán ellos mismos, no en vano podrían incluso comerse las uvas en posiciones europeas.
Una situación tan inhabitual como satisfactoria. Como llamativo resulta ver al Villarreal con el agua al cuello. Y es que, justo al contrario de lo que sucede con los rojillos, el equipo castellonense tiene el carbón asegurado. Que sea un trozo o una mina entera depende en cierta medida de lo que suceda hoy en El Sadar, porque un tropiezo puede condenar al Villarreal a puestos de descenso. De ahí que Juan Carlos Garrido y compañía hayan marcado en rojo la cita, peligro del que precisamente advierten en Osasuna ante un posible exceso de confianza cuya factura suele ser costosa.
Pobre visitante
Claro que no es la primera vez que los castellonenses -en cuyo bagaje tienen bastante que ver las ausencias de jugadores muy importantes- se conjuran esta temporada para sacar adelante un partido a cualquier precio. Y lo más habitual es que no les haya valido de mucho. Sobre todo lejos de El Madrigal. En ocho desplazamientos, el equipo de Garrido apenas ha sido capaz de rascar tres puntos -merced a otros tantos empates- y, lo que es más llamativo, sólo ha podido celebrar tres goles.
Números que, como es lógico, también resultan diametralmente opuestos a los de su anfitrión. Al menos cuando ejerce de tal. Osasuna no ha encajado una sola derrota en el Sadar, donde escasean los goles visitantes: uno cada 157 minutos.
José Luis Mendilibar intentará prolongar la buena trayectoria de su equipo con un once más parecido al que empató en Málaga que al que ganó el Almería. Aunque también habrá cambios. En principio, entrarán Damià y Nekounam, una vez cumplida su sanción, además del recuperado Raúl García y Cejudo, lo que supondrá la suplencia de Roversio, Lolo, Timor e Ibra.
El que se mantiene en el once es Eneko Satrustegi. Sin ninguna duda, porque Raitala ni siquiera ha entrado en la lista. «Para este partido he decidido convocar a uno y no a otro -esplicó Mendilibar-. No sé si va a ser así lo que queda de temporada, que es mucha, o si va a haber cambios. Depende mucho de ellos, de los dos». El que esta vez seguirá desde la grada a sus mayores es Roberto Torres.
José Luis Mendilibar llega a la última cita liguera del año con confianza en las posibilidades de su equipo, pese a, incluso, los «peros» que se puedan encontrar a sus últimas actuaciones.
«Llegamos bien de mentalidad, creyendo en las cosas que hacemos -subraya-. Aunque no estemos haciendo un gran fútbol en los últimos partidos, no es fácil ganarnos y el contrario sufre mucho con nosotros». Por encima del estilo del equipo, el técnico insistió en que «lo más importante ahora mismo es que somos complicados para el equipo contrario y defensivamente estamos bastante bien», aunque también admitió su precupación porque «con balón nos falta algo más, y un poco más de tranquilidad». GARA
Si los precedentes sirvieran de algo, Osasuna ya podría ir enfriando el champán. Ha encajado una derrota en ocho jornadas, mientras el Villarreal llega con un punto de nueve. Y con carga histórica negativa: de once visitas a El Sadar, sólo ha ganado en dos.