Las transformaciones a nivel mundial y su incidencia en el conflicto saharaui, la estrategia a seguir así como el secuestro de tres cooperantes en los campamentos de refugiados de Tinduf, son los principales ejes del decimotercer Congreso del Frente Polisario en los territorios liberados de Tifariti, al que por primera vez asisten 54 activistas de derechos humanos y ex presos políticos saharauis provenientes de los territorios ocupados, junto a 2.100 delegados saharauis procedentes tanto de Tinduf como del Sahara ocupado y del exterior.

A la cita, que finalizará mañana y que en esta ocasión ha optado por el lema «Un Estado saharaui independiente es la solución», también han acudido 250 invitados extranjeros, entre los que hay representantes de gobiernos, partidos políticos, sindicatos y medios de comunicación de todo el mundo.

«Este congreso debe marcar una etapa en la acción nacional para la movilización de las energías nacionales e intensificar la lucha nacional en todos los frentes hasta alcanzar la presión necesaria y acelerar el logro del lema de esta cita», incidió el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Mohamed Abdelaziz.

Aseguró que el Frente Polisario «está más decidido que nunca a alcanzar los nobles objetivos nacionales por todos los medios legítimos a su alcance».

«El Frente Polisario como movimiento de liberación incluye en su seno a todo el pueblo saharaui, esté donde esté luchando para hacer realidad sus aspiraciones y su deseo de libertad e independencia», insistió.

En este sentido, destacó que «el Ejército de Liberación Popular Saharaui, cuya historia está llena de gloriosas victorias, aumenta su número y está determinado a completar su misión de liberación».

Abdelaziz también remarcó el momento de crisis mundial en el que se realiza el Congreso, del que se prevé salga una dirección renovada del Frente Polisario.

«En el plano internacional se han agudizado las crisis políticas, sociales y económicas que, sin duda, tendrán un gran impacto en la proliferación de armas y aumento de la amenaza terrorista, y en los fondos destinados al gasto en desarrollo en general y hacia la asistencia humanitaria en particular», añadió. En este contexto situó el secuestro de tres cooperantes, uno de ellos de la ONG Mundubat.

«Después de que el pueblo saharaui ha sido víctima del terrorismo de Estado de Marruecos, hoy se convierte también en víctima del terrorismo internacional», incidió.