Noruega y Francia disputarán esta tarde (20.15, en diferido por Teledeporte a las 00.30) la final del XX Mundial de balonmano femenino con un pronóstico incierto. Ambas selecciones se han mostrado como las más fuertes del campeonato, y sólo las bajas de Mariama Signate y Allison Pineau plantean algunas dudas sobre las opciones francesas.

La lateral izquierda Signate, techo de la selección francesa con sus 188 centímetros, se lesionó en un ojo durante un entrenamiento previo a los octavos de final. Anteayer la lesión de Allison Pineau -rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda-, la brillante central y jugadora que más minutos ha disputado de Francia, volvía a poner a prueba la capacidad de adaptación de la selección que dirige Olivier Krumbholz, que encontró en Lacrabere la solución a sus problemas.

Pese a todo, Francia volverá a apoyarse en su gran defensa en busca del título, que le daría el pasaporte directo a Londres 2012. Además, si Francia fuera campeona sería la segunda vez en la historia que un mismo país reuniera los títulos mundiales masculino y femenino, tras hacerlo la URSS en 1982. Las zurdas Lacrabere y Ayglon llevarán el peso de la primera línea, donde Mendy, Spincer, Gnaboyou e incluso la extremo Dembele tendrán que proporcionar relevos para poder compensar las bajas de Pineau y Signate.

Noruega llega en mejores condiciones a la final, e incluso pudo dar minutos de descanso a jugadoras importantes como las zurdas Sulland y Riegelhuth en la semifinal ante España. Ambas son piezas básicas en el esquema nódico, junto a la solidez que está mostrando Haraldsen en la portería, su pivote Loke y su velocidad al contrataque.

Noruega ha confirmado su papel de favorita y, pese a tener el billete olímpico asegurado, cuenta con el aliciente añadido de que el título mundial la convertiría en campeona olímpica, de Europa y mundial a la vez, un logro que sólo Dinamarca pudo conseguir en los años 1996-97.

Si Noruega se proclama campeona esta tarde, la subcampeona europea -Suecia- se beneficiará con la clasificación directa para los Juegos Olímpicos, y Francia debería ganarse ese derecho en el torneo preolímpico.

DINAMARCA-ESPAÑA (17.30, Teledeporte). El partido por la medalla de bronce está lejos de ser una final de consolación. Tal como ha discurrido el torneo, es el máximo al que podían aspirar Dinamarca y España ante dos selecciones superiores, y para cualquiera de ellas representaría un cierre brillante para un gran campeonato. Ambas selecciones disponen de porterías solventes y defensas contundentes. No hay más partidos, o sea que ambas echarán mano de las reservas físicas que les queden en busca de la medalla.

Dinamarca destaca por su gran lanzamiento a distancia (53 goles desde 9 metros -la lateral izquierda Troelsen, y las zurdas Line Jorgensen y Burgaard sobre todo-, por 14 de la selección española), mientras España necesita acercarse mucho más al área para marcar, lo que le ha expuesto a un alto número de pérdidas y faltas de ataque.