CRíTICA jazz
Swingueantes y versátiles
Javier ASPIAZU
Al abrigo de la noche ventosa, en el BJC, el saxofonista tenor sueco Fredrik Carlquist, habitual de la escena catalana y viejo conocido de los aficionados de Bilbo, presentaba su último disco: “Playing cool”. Y lo hacía, como alguno de los más célebres grupos clásicos de cool jazz, liderando un cuarteto sin instrumentos armónicos (piano o guitarra), compuesto por dos saxos, tenor y barítono, contrabajo y batería.
Si hay algo que distingue a Carlquist es su tono cálido, maduro, hermoso, y su depurada técnica, con la que domina todos los registros del instrumento. En este concierto, alardeando de versatilidad, lo mismo acarició la nota hasta soplarla, en las baladas, recordando a Ben Webster, que incurrió en el gruñido («growl») de los saxofonistas texanos cuando se arrimó al blues, o maltrató los agudos cual feroz improvisador libre. Y lo más importante: swingueó en todo momento, con una gracia y persistencia encomiables, en gozosa interacción con el saxo barítono de Joan Chamorro. Fue justamente el dúctil e intrincado juego armónico entre ambos lo que con más acierto nos acercó al espíritu y las formas del cool jazz de los 50, género de jazz más propicio al refinamiento armónico y al sonido lírico y aéreo de saxos como Paul Desmond o Lester Young, verdadero pionero del estilo. De hecho, el concierto tuvo mucho de homenaje a Young, de cuyo repertorio interpretaron varios temas y a quien dedicaron «Pressents» (basada en los acordes de «Yardbird suite»), la pieza más brillante de la noche.
El catalán Joan Chamorro, que como el sobrio contrabajista Garry Finister debutaba en el club, se exhibió como un barítono de timbre suave y entonación dulce, lejos del áspero sonido asociado a este instrumento por sus exponentes clásicos. Sus réplicas a Carlquist fueron certeras y enjundiosas. Por su parte, el baterista Caspar Saint Charles se lució en los barridos con escobillas y demostró una sorprendente versatilidad percusiva en standards como «Poinciana».
Acertada revisión y puesta al día de una de las más fecundas etapas del jazz, el concierto entusiasmó al público, que hubiera deseado aún más.
Grupo: Fredrik Carlquist Quartet.
Lugar y fecha: Bilbaina Jazz Club (Bilbo), 15-12-2011.