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Joseba Permach Miembro de la izquierda abertzale

Kutxabank y la oferta del PNV a Euskal Herria

En su artículo, Joseba Permach analiza los trascendentales momentos que vive Euskal Herria para ofrecer las claves de la decisión del PNV de excluir a Bildu del consejo de administración de Kutxabank. Las expectativas de solución del conflicto y normalización política, la crisis estructural del sistema, y el notable ascenso del independentismo y soberanismo de izquierdas, componen el contexto de la decisión del PNV, el cual, según Permach, una vez más opta por garantizarse el poder, pero «no desde el país, sino desde el partido».

Euskal Herria vive momentos importantes. La conferencia de Aiete, la decisión de ETA de dar por finalizada la lucha armada, el acuerdo de Gernika y un sinfín de pasos que se están dando en nuestro pueblo han abierto las puertas de par en par a la solución definitiva del conflicto. No obstante, sabemos que el camino va a ser largo y costoso, pero como decía recientemente Arnaldo, vamos a recorrer este nuevo camino sonriendo y convencidos de que vamos a ganar, primero la paz y luego la libertad.

Pero Euskal Herria también vive momentos difíciles. La crisis en la que está inmerso el capitalismo y en general el sistema económico y político vigente a nivel mundial también tiene consecuencias negativas en nuestro pueblo. Sirvan como ejemplo los últimos datos de paro, que ascienden ya a 192.314 desempleados en Hego Euskal Herria; la situación raquítica de las arcas institucionales; los recortes anunciados en materia laboral y social; y las previsiones más o menos catastróficas para este año que acaba de empezar a andar.

En tercer lugar, y para terminar con este rápido y breve análisis de la situación, recordemos la potencia con la que ha emergido el soberanismo de izquierdas en los dos últimos retos electorales hasta convertirse hoy en una verdadera alternativa electoral y política a la histórica hegemonía del PNV y su proyecto. El independentismo es ya una alternativa real en nuestro país.

Pues bien, esperanza ante la solución del conflicto y posibilidad de normalización política, crisis estructural del sistema y vuelta de tuerca por parte del neoliberalismo imperante y, por último, creación y expansión del soberanismo e independentismo de izquierdas son los tres factores que mejor explican o contextualizan la última decisión del PNV de excluir a Bildu del consejo de administración de Kutxabank.

El PNV sabe que cuanto antes se solucione el conflicto y se produzca la normalización política, antes se producirá el choque entre proyectos, en este caso entre regionalistas e independentistas. El PNV sabe que hoy por hoy quien se proyecta y se desarrolla como alternativa de futuro, y es mayoritario entre la juventud vasca, es el bloque emergente del soberanismo e independentismo de izquierdas. Y todo ello le da pánico.

Durante mucho tiempo fue el conflicto y la criminalización, luego ha venido utilizando aquello de la incapacidad para gestionar, la falta de profesionalidad de la izquierda abertzale o de los planteamientos más o menos antisistema. Lo cierto es que han pasado seis meses desde que Bildu llegara a las instituciones, que más de cien municipios y una diputación son gobernados por esta formación y que, lejos de «estar paralizados», el proyecto de Bildu avanza. En primer lugar, haciendo las cosas de otra manera; en segundo lugar, apostando por la democracia participativa; y en tercer lugar, priorizando lo social por encima de los megaproyectos a los que nos tenía acostumbrados el PNV y que, por cierto, han dejado las arcas municipales y forales vacías. Y aun y todo ¡se niegan a una verdadera reforma fiscal!

Por otra parte, Bildu y su actitud valiente pero a la vez responsable posibilitó el acuerdo y a la vez aprobación del proyecto Kutxabank. Un acuerdo que cerraba las puertas a la privatización y aseguraba el mantenimiento de la obra social. Un acuerdo estratégico para nuestro pueblo que por primera vez en la historia reciente generaba la adhesión de las cuatro sensibilidades mayoritarias de país. Pero el PNV no podía seguir pensando en el país, el PNV una vez más tenía que asegurarse el control total o coquetear con el nuevo inquilino de la Moncloa para poder seguir haciendo negocio en Madrid. Por otra parte, para el PP qué mejor que contar con el apoyo del PNV para intentar frenar el ascenso y desarrollo del independentismo en cotas más altas de incidencia social y, en este caso, económica. Tal para cual. La derecha siempre es capaz de priorizar y acordar. La izquierda a menudo se pierde, nos perdemos, por los cerros de Úbeda.

Acuerdo, por tanto, de la derecha del país, o parte del país, pues aún les queda pactar con Yolanda Barcina, para liderar Kutxabank utilizando para ello los últimos resquicios de la ilegalización. Aferrándose a un pasado a costa de hacer nacer la nueva entidad financiera en medio de la disputa política y partidista. Todo ello para garantizar, cómo no, el poder, pero en este caso no desde el país, sino desde el partido.

No es la primera vez que Partido Popular y PNV llegan a un acuerdo en materia financiera. Ya lo hicieron en su día al pactar el futuro del BBV. Años después, ¿qué le queda al Banco Bilbao Bizkaia si no es el nombre y unas oficinas abandonadas en Bilbo? ¿Es este el futuro de Kutxabank? ¿Es esta la oferta que hace el PNV en materia financiera? No se da cuenta el PNV, aunque sea por puros intereses crematísticos, de que el proyecto de España es una ruina económica para nuestro país? ¿No se da cuenta de que los acuerdos que tenemos que hacer han de ser entre los del país, para salvar nuestra economía, para recuperar soberanía económica, para construir un nuevo modelo social y de gestión pública, para hacer frente a la crisis, para apostar por la economía real, por la industria, por las cooperativas? ¿No se da cuenta de que necesitamos una entidad financiera del país y para el país? ¿De que el futuro no es comprar más CajaSur y de que ese no puede ser nuestro norte?

El PNV se ha equivocado y en su seno hay cientos, por no decir miles, de personas que lo saben. Estas decisiones son estratégicas, estas decisiones condicionan el futuro del país, y mantenerse callados ante semejante equivocación supone un grave error que permitirá a los mismos que han tomado esta decisión seguir profundizando en la misma dirección. Quienes callan deberían tenerlo en cuenta antes de que sea demasiado tarde.

La oferta del PNV, aliándose con el mismo partido que anuncia semanalmente más medidas neoliberales, que son las mismas que han generado esta crisis sistémica, pone en evidencia su falta de alternativa y propuesta real. Simplemente acurrucarse ante el fuego que más calienta para que una vez más alguien, a cambio del juego sucio, le dé otro bonito plato de lentejas. Esa es su única oferta política.

En todo caso, y muy a su pesar, vamos a seguir trabajando para que Kutxabank esté al servicio del país y le ayude a salir de la crisis, para que no lleve a cabo desahucios y deje a familias en la calle, para que ayude a la industria, a las cooperativas y a las pymes, y para que, conjuntamente con las instituciones públicas, siga cumpliendo lo que en su origen fue su función social y pública.

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