Parece ser que de los juguetes más regalados en estas fechas han sido juegos de mesa a partir de los concursos televisivos más en boga y con mejores audiencias. Esto es una auténtica exaltación de la sinergia, del bucle, de la energía que se transforma y vuelve ampliada. En estos tiempos de concursos blancos y familiares que obtienen unos resultados de audiencia significativos, «Atrapa un millón», «Ahora caigo» o el longevo «Pasapalabra», el que se pueda jugar en las largas tardes de domingo de invierno a lo mismo que vemos por la tele entre semana es una buena solución. Incluso puede ser una manera de entrenamiento, por si acaso es seleccionado alguno de la familia o de los amigos para aparecer en el concurso de marras.

Porque este tipo de sinergia entre personajes televisivos y mercado es bastante explosivo y habitual, recuérdese a Bob Esponja, a los Pitufos o los Simpson que aparecen en todo tipo de objeto vendible tanto para los niños como para los jóvenes o incluso para los adultos y así muchos otros, especialmente en la franja de niños con capacidad de pedir y forzar que se produzca la conexión con Olentzero, Noel o los reyes de Oriente.

No obstante en estos días hay una campaña televisiva que me tiene encandilado. Es esa en la que aparecen hombres y mujeres muy mediáticos, de los habituales en nuestra relación con la televisión que reivindican las marcas. Así, sin más. Las marcas, en contraposición a las no marcas, que se supone que son las copias, los plagios, ese mundo de consumo popular que imita o suplanta a la marca. En la campaña se argumenta, casi se filosofea sobre el valor de las marcas. De la marca. Es decir es una vindicación del marquismo, de la identificación por el logo, y se hace, además con un final en donde se demuestra esa búsqueda de la sinergia constantemente ya que se está lanzando una marca existente, pero no muy conocida Mediaset España, que gestiona, Tele 5, Cuatro, La siete, FDF, Boing, Divinity, Energy y todos los canales amparados por esta empresa que se pone apellido porque es de origen y accionariado berlusconiano. Es una manera de vindicarse y ayudar a sus anunciantes. Esas marcas que nos marcan.