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SEGUNDA B Empate en Mendizorrotza

Las vacaciones tampoco despejan los nubarrones

Un gol de Javi Rubio en el último minuto permite al Alavés salvar un punto en un pésimo encuentro.

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ALAVÉS 1 

GIMNÁSTICA  1

GARA | GASTEIZ

El parón navideño no le ha sentado bien al Alavés. Podría hablarse del famoso stress postvacacional, pero como quiera que los nubarrones no han dejado de cernirse sobre el equipo albiazul, con contadas excepciones, desde que comenzó la temporada, poca responsabilidad habrá que achacarle en este sentido al descanso de las últimas semanas. Lo cierto es que el cambio de año no se ha trasladado al rendimiento de los gasteiztarras, condenados a un quiero y no puedo que les mantiene fuera del play-off.

Lo de ayer resultó especialmente doloroso. Sin medio campo ni velocidad en las bandas, el Alavés acabó dándose con un canto en los dientes por salvar un punto ante una Gimnástica que simplemente se defendió con cabeza, imprimió un mínimo de verticalidad a su juego cuando pudo y, sobre todo, se sintió muy cómoda sobre el verde de Mendizorrotza. Ninguno de los dos contendientes realizó un gran partido, pero no hay que olvidar que el cántabro era el equipo visitante. Y no lo pareció. Nunca le presionaron, nunca estuvo contra las cuerdas y, sin hacer nada del otro mundo, bien pudo ganar.

Los locales saltaron al césped sin ninguna agresividad y pronto se vieron a remolque de un rival que hizo poco y con sencillez, pero con acierto. Físicamente intenso, el equipo de José Gómez cerró los espacios entre líneas y recuperó bien el balón ante un anfitrión paralizado. En ningún momento pasó apuros en defensa y ni tan siquiera recibió un solo disparo en contra en todo el primer tiempo. Incluso pudo adelantarse sobrepasado el minuto veinte, pero el disparo de Abraham con todo a su favor se fue por encima del larguero. Así, con las tablas iniciales y la grada local bastante enfadada con lo visto, acabó el primer período.

Cambios infructuosos

En la reanudación, Juan Carlos Granero apostó por mover banquillo para provocar la reacción de los suyos. Con dos cambios lógicos, amén de, seguro, una buena reprimenda, dio entrada a un organizador como el debutante Rubén Palazuelos y a un hombre veloz como Casares. No sirvió de mucho. Incluso empeoró la cosa para un Alavés que no encontraba la manera de meterse en el partido ante una Gimnástica muy por encima en preparación física, que volvió a encontrarse muy cómoda sobre el césped y supo neutralizar a un rival que, tampoco ahora, era capaz de inquietar lo más mínimo en ataque. El equipo albiazul no solo carecía de ritmo y precisión, sino que era incapaz de hacerse con los numerosos balones divididos que se daban en cada jugada.

La escuadra cántabra, muy tranquila, esperaba aprovechar su oportunidad para marcar y poner Mendizorrotza patas arriba. Y lo peor es que toda la grada sabía que pasaría.

Lo hizo en el minuto 68, con una jugada personal de Javi que rechazó Rangel en primera instancia y acabó apuntillando Negredo. Con el gol, el público gasteiztarra se soliviantó. Pero tampoco la bronca en forma de pitada infundió energía en los jugadores locales. A los que, pese a todo, acompañó la fortuna. Tras saldar 89 minutos sin un solo disparo a puerta, en el 90 llegaba su única oportunidad, cuando la defensa cántabra marró una entrega. Javi Rubio lo aprovechó para salvar un punto impensable. Tras el gol, pitido final y descontento generalizado. El de la grada con su equipo y el de la Gimnástica con un resultado injusto.

Triunfo local en el derbi

El Sestao River, por otro lado, se impuso al Bilbao Athletic en Las Llanas (2-0). El derbi vizcaino, de indiscutible color local, se decidió en el segundo tiempo con los goles de Izurza y Hernáez y otra media docena de oportunidades para los verdinegros, que se colocan en la sexta plaza.

 

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