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Antonio Salazar Chomón Miembro de Izquierda Mirandesa

La amenaza de Garoña

Estamos a la expectativa de lo que nos deparen las medidas que tome el Gobierno de España. Una de estas decisiones, aparte de cómo afronte el desarrollo del proceso para conseguir la paz en Euskal Herria, es el futuro de Garoña. Esta incierta decisión es importantísima para nosotros.

Garoña es una central ya amortizada. Sus más de 40 años de vida ponen en jaque la seguridad de su entorno; las grietas del barrilete, de las barras de penetración, de los manguitos; los problemas de corrosión intragranular, en las tuberías del circuito de refrigeración... son un agravante de su ya superada fecha de caducidad. Los problemas que ha tenido con los incendios de transformadores; el aumento de la temperatura del agua del río; las dificultades para refrigerar en tiempos de sequía y altas temperaturas; las inundaciones; terremotos (hace poco tuvimos que soportar uno cuyo epicentro estuvo a escasos kilómetros de la central); el riesgo de un ataque como respuesta a la participación en conflictos a los que alegremente se apunta el gobierno del país... convierten a Garoña en un peligro de primer orden para el proyecto de construcción de Euskal Herria.

Gasteiz, «Green capital», a 40 kilómetros de «Fukushima»; el Guggenheim, la Kontxa a 130; los sanfermines a 150; la catedral de Burgos y las viñas de la Rioja a 40. Para más inri, está en la cabecera de un río que cruza la península (la contaminación radiactiva del reactor japonés cruzó el océano hasta Estados Unidos).

El reactor de Garoña es gemelo de uno de los de Fukushima. Está en manos de egoístas, a los que no importa el medio ambiente ni las generaciones venideras; no les importa que proliferen grandes cantidades de residuos, ni los costes que ocasionan. Esos son sus valores y su solidaridad democrática.

Solo en la provincia de Burgos hay instalada en energía eólica más de cuatro veces los 480 Mw que produce Garoña. Las energías alternativas y renovables son ya una realidad que suplen de sobra el raquítico 1% del consumo que aporta esta central. ¿Por qué se empeñan en ponernos a todos en peligro y en depauperar la zona? ¿Cómo el ministerio de Industria, Energía y Turismo es capaz de jugar a la ruleta rusa con un pilar de su economía como es el turismo, que está impidiendo la bancarrota total de toda la península? Si hablamos de empleo, tenemos que decirles que desmantelarla creará suficientes puestos de trabajo para cubrir el impacto de su cierre.

No tenemos que bajar la guardia. Van a tratar de justificar la prórroga, con la complicidad del Consejo de Seguridad, y la anuencia de lobbies, fondos de reptiles y medios de comunicación que aunque no tengan el arrojo del presentador nipón, que se comió las espinacas ante la audiencia y ha pagado las consecuencias, seguirán defendiendo las bondades de las centrales nucleares, engañando a la población y poniendo en peligro el futuro de todas y todos.

Para que esto no ocurra, hay que volver a ponerse de pie y movilizar a Euskal Herria y todas las zonas afectadas, para evitar este suicidio ecológico. ¡Todos y todas a la tarea!

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