Rafael Nadal evoca el final de la inocencia en su novela premiada con el Josep Pla
GARA | BARCELONA
El periodista Rafael Nadal evoca en «Quan érem feliços» (Cuando éramos felices), ganadora del Premio Josep Pla de prosa en catalán, el final de la inocencia que domina la infancia y la adolescencia a partir del retrato de una familia de la burguesía de provincias. Esa familia son los Nadal, doce hermanos, que vivían en Girona en un contacto muy íntimo con la naturaleza.
Desde que dejara en 2010 la dirección de «El Periódico de Catalunya», cargo al que había llegado en 2006, Rafael Nadal ha pasado página a su labor como periodista para entregarse a la escritura en cuerpo y alma, «casi de manera compulsiva», según confesó en una entrevista con Efe.
De esa dedicación han nacido ya dos libros, «Els mandarins» (2011), breves relatos de políticos y personalidades que ha conocido desde el ejercicio de su profesión, y la inclasificable obra ganadora del Josep Pla, que podría ser interpretada como «una novela autobiográfica».
Nadal se declara «optimista» y aclara que el tono aparentemente nostálgico del título se refiere a «la inocencia de la infancia y de una juventud» en la que a él y a sus hermanos les «ocultaban el pasado de la Guerra Civil, una vida, en definitiva, muy feliz a pesar -dice- de las apreturas que debíamos soportar al ser 12 hijos».
Los duros años de internado y la muerte de su hermano Toni marcan la primera parte del libro, centrada en la infancia y la adolescencia.
Tras el período de la infancia, Nadal se centra en los años de veraneo en la cala La Fosca de Palamós (Girona), los meses de setiembre que pasaban en el campo, donde explosionaba su relación con la naturaleza, y acaba con la vuelta a Girona tras el internado, el descubrimiento de la política, del amor, del sexo, y ya pasadas las primeras elecciones, con su instalación en París como corresponsal del diario «Catalunya Express».
Aunque la comparación con Josep Pla pueda resultar fácil, de entrada por proximidad geográfica, Nadal cree que sería «demasiado pretencioso decir que tenía a Pla como referente».
«Quan érem feliços» pretende ser, según el autor, «un retrato de la pequeña burguesía de provincias, que ha ido desapareciendo y que se ha ido diluyendo en las clases medias del país, hasta convertir nuestra sociedad en más interclasista».