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ENSAYO

El cementerio del futuro

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Iñaki URDANIBIA

A un escritor bilbaino le dolía España, un sevillano alertaba a sus conciudadanos diciéndoles: «Españolito que vienes al mundo te guarde dios, una de las dos españas te va a helar el corazón (por si no fuera suficiente con una… dos)…». Tal como van las cosas me parece que las dos, sobre todo para quienes sujetos al entramado hispano se consideran diferentes; y todavía otra prefería una España roja antes que rota… como Basagoiti que prefiere así la sucursal hispano-vasca, y eso que el rojo de López y epígonos no llega ni a rosa palo. Dejemos no obstante de recurrir a palabras del pasado para sumergirnos en el “Mal español” de José Manuel Lechado.

Comienzo este comentario, sin cortarme ni un pelo, con dos elogios: a la obra que presento, y a su autor. Con respecto a lo primero estamos ante un libro que nos introduce en las honduras de algunos filósofos del siglo pasado, «el cementerio del futuro», que vivieron en la precariedad existencial debido a su condición de judíos y alemanes, en aquellos tiempos que cada vez se tornaban más oscuros, a pesar de lo cual alzaron la bandera del futuro esperanzador, unido a una visión mesiánica, impronta indudable del judaísmo. Tales filósofos ( Hermann Cohen, Ernst Bloch, Leo Strauss, Franz Rosenzweig, Gershom Scholem, Walter Benjamín, Martín Buber, Hans Jonas, Emmanuel Lévinas) dejaron indudable huella en el pensamiento de su tiempo e igualmente de cara a la posteridad. Del autor qué vamos a decir, no sacaré el botafumeiro, pero desde luego sus obras son un regalo para la inteligencia, libros de ejemplar claridad, de una erudición innegable y de lecciones impartidas con encomiable sentido pedagógico (nada que ver con los trucos simplificadores de pretendidos maestrillos), escasamente traducidos al castellano, y me refiero a obras suyas recientes como «Qu´appelle-t-on philosopher?» o «D´un ton guerrier en philosophie» en la que trata de ciertas guerras emprendidas por Derrida, en el campo de las ideas claro, con Habermas, Searle, Foucault, etc. Es de esperar que la acertada iniciativa de la editorial madrileña a la hora de acercarnos la fundamental obra que ahora traduce, sirva de señal de salida para verter al castellano las mentadas y algunas más, también sobre el mesianismo, de las que Pierre Bouretz es especialista.

Recuerdo haber leído en una magnífica obrita de Edgar Morin sobre la importancia del judaísmo en los orígenes de la modernidad europea, el papel que este jugó en los movimientos emancipadores de comienzos del siglo XX, debido a sus condiciones de vida al margen a las que se sumaba la ideología mesiánica que iba a influir en los intentos revolucionarios (el ejemplo de los bolcheviques como paradigmático). En el libro de Bouretz se nos acerca a este pensamiento emancipador que, con distintas caras, es representado por estos autores que se erigieron en «Testigos del futuro» unos desde posicionamientos sionistas, otros con interpretaciones sui generis del marxismo, y todos apostando por el mesianismo, que les llevaba a esperar, trazando puentes entre ética y metafísica, entre política y mística.

El acercamiento es ejemplar y la presentación de cada uno de los pensadores citados y los lazos que entre ellos se pueden hallar son desentrañados con maestría por el profesor francés que convierte su libro en un verdadero vademécum del pensamiento filosófico judío. Libro esencial para quien desee penetrar en tales vericuetos del pensamiento. El guía es experimentado y certero, quien le siga habrá de esforzarse -y el que avisa no comete traición- pues el recorrido es escarpado.

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