Los presupuestos diseñados por el Gabinete de Maroto no llegarán al Pleno de Gasteiz. Ayer el primer edil de la capital alavesa anunció la suspensión del proyecto, y estableció una prorroga presupuestaria que limitará el gasto y abrirá las puertas de la Casa Consistorial a los recortes sociales y culturales propuestos por el PP.

En una comparecencia ofrecida en el Consistorio, Maroto justificó la suspensión mostrando ante los medios presentes una carta, atribuida a la Diputación, en la que se advierte una caída en la recaudación. Según explica en la misiva el diputado de Administración Local alavés, Javier Ruiz de Arbulo, la pérdida de recursos disponibles repercutirá sobre el Fondo Foral de Financiación de las Entidades Locales (FOFEL), un balón de oxígeno vital para los municipios del herrialde.

El documento enviado por la institución foral, que parece haber llegado solo al Consistorio gasteiztarra, detalla que la crisis financiera del herrialde es «más aguda de lo previsto», y recuerda que el acceso a crédito puede verse limitado por el descenso de la nota de solvencia impuesta por las diferentes agencias de calificación.

Ante esta situación, Maroto avanzó la retirada de unas cuentas que pueden «no ajustarse a la realidad prevista de cara a los próximos meses». En su lugar, el PP ha optado por instaurar una prórroga presupuestaria en la que se incluirán los proyectos estrella del Ejecutivo conservador. Tal como recordó el alcalde, su gobierno financiará con el dinero previsto en las cuentas de Lakua las obras de la nueva estación de autobuses, el nuevo Anillo Verde Interior y la reforma del Palacio Europa.

Además, Maroto subrayó que el Consistorio utilizará los dividendos de la sociedad pública Ensanche 21 para acordar nuevas inversiones con los grupos de la oposición municipal. «Sigue en pie lo que siempre he mantenido, que ningún grupo se vea excluido», añadió.

«Decretazo»

Sin embargo, parece que los 28 ediles que forman la oposición no están dispuestos a llegar a un acuerdo con el alcalde. Es más, tras conocerse la noticia, todos los portavoces realizaron su propia valoración, y denunciaron que la retirada de los presupuestos se ha visto sustentada sobre una decisión política y no económica.

En palabras del portavoz de Bildu, Kike Fernández de Pinedo, la decisión del PP supone una «cacicada», y evidencia el «fracaso» de un Gobierno en minoría -nueve concejales en una corporación compuesta por 27 ediles-.

A su vez, el dirigente abertzale señaló que, con la retirada del presupuesto, Maroto pretende aprobar por decreto los recortes previstos por el Departamento de Hacienda, unos tijeretazos que no contaban con el visto bueno del Pleno e iban a ser enmendados por los partidos de la oposición. En opinión de Antxon Belakortu (Bildu), la retirada de las cuentas municipales supone un «decretazo».

Desde el PNV criticaron la decisión «política» adoptada por el PP. El representante jeltzale en el Consistorio gasteiztarra, Gorka Urtaran, destacó que, si el primer edil no ofrece cifras concretas sobre el recorte en el FOFEL, «no tendremos más remedio que pensar que las razones no son económicas, sino políticas». «Maroto no cuenta con las mayorías suficientes para sacar adelante la ciudad y sus cuentas», añadió.

Por su parte, el PSE, que hace días afirmó que no dejaría a la ciudad sin unos presupuestos, admitió que la retirada de las cuentas evidencia el «fracaso» del alcalde en su primer año de gobierno. La concejala Marian Gutiérrez, responsable de Hacienda durante la pasada legislatura, denunció que en un momento de crisis como el actual, la suspensión del presupuesto municipal «puede tener graves consecuencias para la ciudad y para la ciudadanía».