Hasta cuarenta agentes políticos, sociales y sindicales de Bilbo se unieron ayer a las comparsas en su llamamiento a la ciudadanía a participar, «a sacar la ironía y la crítica que cada uno y una lleva dentro a través del disfraz y para entre todos y todas hagamos visualizar ese otro Bilbao que existe». Es una nueva muestra del debate vivo que hay en el Botxo a raíz de los ataques del equipo de Iñaki Azkuna al modelo festivo participativo y de apoyo a Bilboko Konpartsak, que se ha acrecentando a escasas dos semanas de que lleguen los Carnavales de Bilbo, a una semana de los de Deustua y a tres de los de Santutxu, los que mayor solera tienen en la capital vizcaina.

Eran muchos los bilbainos que pensaban que este año los Carnavales iban a ser diferentes, que se iba a acabar con los dos desfiles y que las relaciones entre el Ayuntamiento y los agentes festivos iban a variar después de ocho años. Todo se desvaneció después de que el alcalde se negase a que hubiese un desfile unitario por Gran Vía, tal y como defendían diferentes colectivos y grupos de la oposición.

Los representantes de los organismos que ayer comparecieron dijeron que no les sorprende, pues entienden que «es un reflejo, un triste reflejo de lo que estamos viviendo también en otros espacios de trabajo».

«Sobrevivimos bajo el rodillo»

Para ellos, es un ejemplo más de la política que impulsa el PNV con su mayoría absoluta y que avala también el PP. «Sobrevivimos, bajo el rodillo de Azkuna y su gobierno», subrayaron, antes de recordar la actitud municipal ante el desalojo y demolición de Kukutza en setiembre.

Dos ejemplos que se suman a los «constantes obstáculos» que el Consistorio pone al trabajo de los grupos y asociaciones en los distintos barrios para pedir locales, solicitar cualquier tipo de permiso, conseguir una interlocución directa y operativa con los responsables municipales. El caso más sangrante, precisaron los portavoces, es el que viven año tras año las comisiones de fiestas de los barrios.

«Creemos que hay que dar la vuelta a la situación que vivimos en Bilbao», enfatizaron. Para ello, animaron a los distintos agentes políticos, sociales y sindicales a que sumen fuerzas «para dar luz a otra realidad» pues siguen confiados en que todo puede cambiar.