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«Compramos electricidad a productores verdes y luego nos repartimos los gastos»

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Marc Roselló
Socio fundador de Som Energia

Som Energia, acaba de tener una hija en Nafarroa: Energia Gara. Roselló llegó para darle un primer empujón. Se trata de una cooperativa que pretende autoabastecerse energéticamente, sin depender de grandes eléctricas y solo con renovables. Por el momento, continúa buscando socios, y en Nafarroa ha encontrado ya más de cuarenta.

Aritz INTXUSTA | IRUÑEA

En un año de vida, Som Energia acumula 1.800 socios, pero crece exponencialmente. De octubre a esta parte, o lo que es lo mismo, desde que puede facturar a particulares y sustituir a grandes compañías como Endesa o Iberdrola, su tamaño se ha duplicado. Ahora está dando sus primeros pasitos fuera del Principat. Esta cooperativa vende energía verde certificada y la distribuye entre sus socios a un precio muy similar a la de las eléctricas. Aunque sus tasas van al revés: cuanto menos gastas, menos te cobra el kilowatio. No es un invento nuevo, en Europa llevan años con este modelo y las cooperativas energéticas cuentan sus socios por decenas de miles.

Exactamente, ¿quiénes sois?

Somos la primera cooperativa de consumo y producción de energía verde del Estado. Nacimos en Girona y somos más fuertes ahí. Nos hemos extendido por Catalunya y, desde hace unos meses, hemos salido fuera. Nuestro objetivo es generar un movimiento social a favor de un cambio de modelo energético, basado en la eficiencia, las renovables y la participación ciudadana. Es decir, en que la ciudadanía tenga voz y voto, y decida qué tipo de proyectos de generación de electricidad se desarrollan. No podemos dejar que el sector siga dominado por las grandes eléctricas. Las renovables permiten tecnologías de mediano tamaño que se pueden sacar adelante a través de una cooperativa.

Pero vosotros facturáis luz...

Hemos dado un paso más que una plataforma ciudadana. No solo hay discurso, somos capaces de ofrecer servicios a los socios. El primer servicio que tenemos es la comercialización de electricidad. Es decir, un socio de Som Energia puede cambiar la compañía que le factura la electricidad en casa para que quien le pase la factura sea su propia cooperativa. El compromiso que tiene la cooperativa es que solo vende energía verde.

¿Pero cómo se consigue eso?

Como un comercial al uso. Compramos el volumen energético que necesitamos los socios y nos repartimos los costes según consumo. Somos una comercializadora verde y eso nos obliga a vender únicamente energía certificada. Estos certificados los tienen productores de energía limpia y son emitidos por la Comisión Nacional de la Energía anualmente. Es muy sencillo. Por ejemplo, un productor de energía solar produce 40.000 kw al año. Nosotros los compramos y nos los repartimos.

En la red, todo se mezcla.

No cambia la electricidad que nos llega a casa, claro. Una vez que se vierte a la red eléctrica no se puede garantizar de dónde proviene cada electrón. Sin embargo, esto también tiene sus ventajas, porque no tienes que cambiar ni la instalación ni el contador. Se trata de un simple cambio administrativo de quién te factura la luz, es como una portabilidad del móvil. ¿Qué logramos con eso? Conseguimos aumentar la demanda de personas que quieren exclusivamente energía verde.

Entonces, ¿no empleáis beneficios de la comercialización para desarrollar nuevos proyectos?

Para nada. Son dos líneas casi independientes. Por un lado está el servicio de comercialización, y por el otro, el de generar electricidad y ofrecer la opción de invertir en proyectos. El objetivo de esta cooperativa es generar por sí misma tanta electricidad como consumo realicen los cooperativistas a través de nuevos proyectos en renovables que nos sean propios. Pero esto no lo vamos a hacer a través del margen que deja la comercialización, ya que este margen es muy pequeño, sino a través de inversiones conjuntas de cooperativistas.

¿Inversiones en cualquier tipo de renovable?

La cooperativa solo impulsa proyectos colectivos de mediana potencia. Esto no va dirigido a que los cooperativistas se instalen las placas en casa, sino a instalaciones de mayor potencia. No todo el mundo tiene la posibilidad de colocar en casa unas placas, pero sí que entre muchos tenemos la posibilidad de comprarnos un aerogenerador, o montar placas solares encima del polideportivo. Siempre pegados a la ciudadanía. Si un navarro busca invertir en una huerta solar en Almería de forma especulativa, está claro que este no es su sitio. La idea es ir abasteciéndonos con iniciativas de los socios hasta llegar al consumo total. El camino es a largo plazo. Un día todos los certificados serán propios y no nos tendremos que ir fuera. Seremos autosuficientes. Otra línea de trabajo que tendrá que crecer será ayudar a los socios a que se hagan sus propias instalaciones, con compras conjuntas, etc.

Hablemos de sus tarifas.

El objetivo que nos fijamos con la comercialización era no aumentar la idea de que las energías verdes son más caras. Ofrecer una energía cara, además, impediría que gente que no tiene recursos no diera el salto. Hemos conseguido energía verde a un precio muy similar al de las eléctricas. No es igual, porque hemos cambiado la política para que, cuanto menos consumas, más barato cueste el kilowatio. Pero la comercialización es un servicio solo para socios. Hacerse socio es fácil: tienes que aportar 100 euros al capital social una única vez.

 

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