La Comisión Europea aseguró ayer que el pacto entre Grecia y sus acreedores para que estos condonen la mitad de la deuda helena está «al alcance de la mano». No obstante, reconoció que las negociaciones son «extremadamente complejas».

Una vez alcanzado un acuerdo, se convocará una reunión extraordinaria de ministros de economía de la zona euro para cerrar el segundo rescate de Grecia. Aunque inicialmente la reunión estaba prevista para el próximo lunes 6 de febrero, el presidente del Eurogrupo y primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, anunció ayer que finalmente no habrá reunión el lunes y que probablemente se celebrará durante la próxima semana.

El portavoz de Asuntos Económicos de la CE, Amadeu Altafaj, explicó ayer que «hay una voluntad clara de las partes para llegar a un acuerdo sobre la participación del sector privado de forma voluntaria» a lo que añadió que creen que llegarán a un acuerdo en los próximos días.

El portavoz eludió pronunciarse sobre si será necesario aumentar la dotación de 130.000 millones de euros del segundo rescate a Grecia. Asimismo, tampoco respondió ante los rumores que afirman que esta cifra resulta insuficiente y podrían necesitarse 15.000 o 20.000 euros más.

El objetivo que se han marcado los líderes europeos es reducir la deuda de Grecia desde el 160% del PIB al 120% en 2020, una cifra que la CE considera sostenible. Altafaj declaró que una vez que se conozca el sector privado «se podrá concluir si se necesita la aportación adicional del sector público».

Sobre las condiciones del acuerdo, la CE no quiso confirmar si los inspectores de la UE y el FMI están pidiendo a Grecia una reducción de los salarios del sector privado, pero sí admitió que la evolución de los salarios se está abordando en las negociaciones sobre los ajustes que debe realizar Atenas para poder acceder al segundo rescate.

Altafaj admitió que el ajuste actual tendrá un «gran impacto» sobre la sociedad y añadió que «Grecia ha estado viviendo por encima de sus posibilidades durante mucho tiempo».

Apuntó que el proceso de corrección va a ser «doloroso», a lo que añadió que la Comisión no es «insensible» a los efectos.

El cierre de un acuerdo es especialmente urgente para Grecia, ya que el próximo 20 de marzo se cumple el vencimiento de por 14.500 millones de euros.

Papadimos advierte

Mientras, el primer ministro griego y ex vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) Lukás Papadimos, amenazó con dimitir si los tres partidos del Gobierno -socialdemócratas, conservadores y ultraderecha- no aprueban los ajustes exigidas por la «troika».

Papadimos mantendrá hoy una reunión con Yorgos Papandreu, ex primer ministro y líder del Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK); Antonis Samarás, líder de la conservadora Nueva Democracia (ND), y Yorgos Karatzaferis, líder de la Alerta Popular Ortodoxa (LAOS), ya que algunos diputados de estos partidos han mostrado su rechazo a las reformas exigidas por la «troika» formada por el FMI, la CE y el BCE.