«Quiero acercar el festival aún más a la gente; vamos a exprimir a los invitados»
Director de Zinegoak
Nacido en Alicante, lleva cuatro años viviendo en Bilbo y trabajando en la producción y en la subdirección del Festival Internacional de Cine y Artes Escénicas Gay-Lesbo-Trans Zinegoak de la capital vizcaina. Antes ha trabajado como productor de series, informativos y documentales, incluso estuvo de corresponsal en Líbano para la televisión valenciana Canal Nou.
Ane ARRUTI | BILBO
En su novena edición, el festival Zinegoak arrancará el lunes con un nuevo director. Pau Guillén toma el relevo de Roberto Castón, que continúa en el apartado de la programación. Confiesa que uno de sus principales objetivos será acercar el festival al público rebajando el precio de los bonos, además de ofrecer la oportunidad de conocer mejor a los autores de las películas.
¿Cómo van los preparativos?
En realidad está ya todo cerrado. Falta que no fallen los imponderables: los aviones de los invitados, que las películas se proyecten correctamente... De entrada, todo el trabajo del festival se hace antes. Luego es recibir a la gente y hacer malabares para que todo vaya avanzando conforme a lo que hemos trabajado. Ahora, básicamente siento cansancio. Aprovecharé el fin de semana para coger fuerzas y el lunes arrancar hasta el domingo.
Toma el relevo tras ocho años de Roberto Castón como director. ¿Cómo ha sido el traspaso de poderes?
Ha sido muy fácil y muy sencillo. Roberto tenía la intención de marcharse a Barcelona con un proyecto y entre que sale, que no sale... Al final ha podido estar aquí más presente de lo que él quería. Y está integrado en el festival, en la parte de la programación. Tenemos muy buena relación, llevamos muchos años trabajando juntos. Yo trabajaba como subdirector y productor del festival. Cualquier duda la he resuelto con él.
Conocía entonces el festival...
Empecé como productor el primer año, hace tres, y los dos últimos trabajé como subdirector. Este será mi cuarto año. No es que sea yo un «especialistísimo» en cine LGTB, pero es cierto que en estos cuatro años la formación ha sido intensa. Entre otras cosas he estado en la Berlinale, que nos invitaron a estar como jurado al Premio Teddy, que se entrega a cualquiera de las películas que se hace con contenido LGTB.
En la presentación del festival subrayó que Roberto Castón marcó las líneas a seguir. ¿Qué cree que puede aportar usted?
Lo que he hecho ha sido acercar el festival aún más a la gente. Creo que Roberto tiene mucho conocimiento cinematográfico, y me encanta que esté en la parte de la programación, porque yo soy más de producción. Lo que sí que he notado en estos años es que vienen los invitados, presentan la película minutos antes de la proyección y al final de la película tienen otros diez minutos para que la gente pueda preguntar. Pero siempre hay gente que quiere saber más. No solo de la película, sino sobre la persona, sobre el entorno de donde viene... Hemos creado Bilgune, que es ese espacio donde la gente tendrá tiempo para hablar tranquilamente con los invitados. Vamos a exprimir a los invitados y sacarles más información. Tenemos a Gulya Sultanova que viene de San Petersburgo. Siempre es mucho más interesante lo que cuente una activista que conoce de primera mano esa situación que lo que te puede llegar por medios de comunicación sobre el colectivo LGTB.
Otra de las novedades es que han bajado los precios, supongo que en esa misma línea de intentar popularizar el festival.
Tal como está la situación económica, creo que se imponía una bajada de precios para hacer más atractivo acercarse al festival. Lo hemos hecho con dos objetivos claros. Primero, que la gente venga y compre el bono. Y, segundo, que comprando el bono vea más cine. Si compras una entrada individual, vas a un pase e igual no te acercas más. Si compras un bono tienes la posibilidad de ver seis sesiones. Antes valía 25 euros y ahora, 20. Cada sesión te sale a 3 euros y poco. Y estamos hablando de obras como el Premio del Público en Sundance, Premio del Jurado en Valladolid, películas que han estado en Cannes, premios de la Berlinale...
Todo ello, a pesar de la reducción del 1,5% en el presupuesto.
Aún no sabemos cuál será la reducción real, pero nos la planteamos antes incluso de organizar el festival. Veíamos que con la que estaba cayendo, andaríamos por ahí y sobre esa tesis trabajamos. Luego han llegado las ayudas, más o menos como el año pasado. Obviamente ha habido una reducción. Pero, en cuanto a los principales patrocinadores, la verdad es que estamos encantados porque se mantienen igual.
Han concentrado los nueve días en una semana.
Porque veíamos que podía haber reducciones. No lo hemos concentrado una vez que hemos visto el dinero, digamos que ha sido al revés. Cuando nos hemos planteado cómo hacer el festival hemos pensado ir a siete días. En números no se termina de notar. El año pasado teníamos quince largometrajes y este año, trece. Teníamos once documentales y este año, nueve. La variación en las obras es mínima. Sí que se nota más en los cortometrajes o ciclos. Pero la parte fuerte del festival se mantiene igual. Pensamos en reducir dos días para que en caso de que la reducción hubiera sido mucho mayor, no nos pilláramos los dedos.
El premio honorífico se lo otorgan a Agustí Villaronga.
Creo que es un director de culto cinematográfico. Lo que ocurre es que además tiene tres películas que tratan la homosexualidad. No buscamos elementos exclusivos de cultura LGTB, lo que intentamos es premiar a un director que, sea quien sea, haga un tratamiento interesante de la homosexualidad. Agustí es además un señor reconocido a nivel internacional. Tiene “Tras el cristal”, “El mar” y de repente este año aparece “Pa negre” y es como un golpe en la cabeza. Lo teníamos pendiente y es el momento de hacerlo.
¿Qué me dice de la producción vasca de este año?
Tenemos el estreno mundial de «Mikel», dirigida por Miriam Ortega Domínguez, y otra proyección vasca, «Errudun sentitzen naiz», de Roberto Castón, ambos cortometrajes. Aparte de eso tenemos un documental con participación de gente de Euskadi y hay otro documental dirigido por Alauda Ruiz de Azúa. Son pocas piezas, pero poco a poco van apareciendo. Echamos de menos que haya algún largometraje, pero sabemos lo complicado que es. Por nuestra parte la idea es fomentar la producción.
Entre las películas, varias han participado, y con muy buenos resultados, en festivales internacionales de renombre. ¿Ha aumentado la presencia de la temática LGBT en estos festivales?
Va apareciendo. Es más difícil encontrarlo en los circuitos comerciales. Tampoco es un círculo que estemos buscando porque, desde mi punto de vista, creo que tienen un trato muy estereotipado. Salen personajes caracterizados de modo muy extremo y no son reales, son muy planos, no me gustan. Se trata de contar historias que hablen de lo que le ocurre a una persona, que además es homosexual o lesbiana, y que por esa característica tiene una serie de problemas concretos que le afectan a la hora de desarrollar su vivencia. Creo que sí que hay más películas que traten el tema, pero dentro del circuito de festivales siempre ha habido. Lugares como Berlín apuestan siempre por promoverlas. La idea de nuestro festival es no solo hacer un festival para gente del colectivo, sino, ante todo, un festival de cine, donde además se trata la temática LGTB.
¿Ve todavía la necesidad de un festival como Zinegoak?
Creo que al final es básicamente un evento cultural. Ayuda a mantener este punto de normalización y visibilización al que estamos llegando. Creo que ha habido muchos avances, tampoco se trata de bajar la guardia. Creo que son necesarios como elementos culturales en sí y además aportan la especificidad de la normalización y de la conexión con el resto de la sociedad. Creo que son interesantes para mantener ese nivel de conocimiento.
Además de películas, este año se repite la programación de una obra infantil.
La idea es aprovechar elementos como el teatro infantil. Es muy complicado encontrar obras familiares y que hablen de otros valores. Creo que el teatro es lo que mejor funciona. Mi intención es programar todos los años una obra de teatro infantil el domingo por la mañana, donde mostrar a los niños que hay otras formas de crear familia. La idea es naturalizarlo, igual que se hace con los adultos.
Y en la gala de clausura tendremos el espectáculo de flamenco «Hombre a hombre».
Me parecía una apuesta interesante por lo complicado que es hablar de la homosexualidad en el flamenco. Vamos a ver un espectáculo de flamenco puro, la dirección viene de Antonio Naharro, director de «Yo también», que en Donostia ganó dos Conchas de Plata, ganó dos Goyas... La están preparando para la bienal de flamenco de Sevilla.