Mikel Jauregi | Periodista
Compren bolas
Imaginemos por un rato que estamos en un parque de atracciones y que nos encontramos con el famoso juego de tiro al blanco: ya saben, ese en el que contamos con una serie de pelotas para tratar de dar en la diana y, en caso de estar certeros, nos regalan una muñeca chochona o un peluche. Juguemos, pues.
Lo primero es contar con un blanco. Y como en las últimas horas hay unos cuantos que han hecho méritos más que suficientes para que sus jetas asomen por los agujeros dispuestos en la pared, el feriante nos da a elegir entre varios candidatos:
En el primero se sitúan, todos apretaditos, Carlos Slim, Bill Gates, Warren Buffett, Bernard Arnault, Amancio Ortega y los otros 1.221 «milmillonarios» que integran la lista de las personas más ricas del mundo difundida por la revista «Forbes». Entre todos ellos amasan una fortuna total de 4,6 billones de dólares (3,47 billones de euros). Una absoluta perversión. Como dice la canción de Bap!: «Zenbat diruzale, zenbat putaseme».
En la segunda abertura aparece Carmen Alba, la delegada del Gobierno español en Nafarroa que ha cumplido su amenaza y ha mandado a la Guardia Civil a inutilizar el sistema que, a iniciativa y financiación de la militancia de Eusko Alkartasuna, permitía la captación digital de ETB en Iruñerria. Censura pura y dura, sin disimulo y torpe.
Justo al lado suyo está quien la nombró, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón. Ese político que parecía tener engañados a muchos progres y que el miércoles, víspera precisamente del 8 de marzo, vino a mostrarse tal como es.
En el último agujero asoma Patxi López, que ayer volvió a evidenciar que su hoja no tiene ruta. Me dejó frío. De hecho, estoy de acuerdo con lo que le espetó su socio Basagoiti: «No entiendo qué está usted aportando a la sociedad vasca hoy».
No tengo nada claro a quién tirar. ¿Y ustedes? Tenemos a los ricos insaciables; a la delegada gubernamental en Nafarroa y sus chicos de verde; al facha que recurre al traje de progre para acudir al programa de Buenafuente; y al lehendakari que aporta lo que un zapato, ¡nada! Quizás debamos sacar algún eurillo más del bolsillo, comprar el mayor número de pelotas posible e ir a por todos ellos. Y recuerden que lo más importante no es ganar, sino participar.