Maite SOROA
Intentan echar un cable al ultra Gallardón
Alberto Ruiz Gallardón, a quien cuando era alcalde de Madrid algunas y algunos quisieron presentar como moderado e incluso progresista -a su manera-, se ha destapado una vez nombrado ministro de Justicia, y el miércoles enseñó su lado más ultra, cuando para argumentar la necesidad de un cambio en la Ley del Aborto sostuvo en el Congreso que existe una violencia de género que obliga a las mujeres a abortar. Se le entendió muy bien; al ministro lo que no le gusta es que las mujeres podamos decidir sobre nuestra maternidad, pero ante el lógico revuelo que causaron sus palabras ayer sus amigos intentaron echarle un cable. Según los medios de la derechona, lo que realmente quiso era «apoyar a las embarazadas que quieran dar a luz». Así lo aseguraba «El Mundo», para quien Gallardón «escribe recto con renglones torcidos». Vamos, que escribe como dios.
Para el periódico de Pedro J., «en términos literales, las palabras de Gallardón pueden considerarse un error porque son difícilmente comprensibles. Pero eso no puede ocultar el planteamiento de fondo del ministro de Justicia, que no es otro que la necesidad de apoyar a las mujeres para que puedan optar con auténtica libertad entre llevar a término su embarazo o someterse a un aborto dentro del respeto a la ley». Libertad de opción que han impedido y pretenden seguir impidiendo Gallardón y los suyos.
En «La Razón» eran menos sibilinos. Para el periódico de extremo centro el ministro «planta cara a la izquierda asilves- trada». Según este diario, «la prueba de que Ruiz-Gallardón ha acertado al plantear la reforma de la ley del aborto es la reacción virulenta del feminismo radical y de la extrema izquierda, que se han lanzado sobre él con toda suerte de improperios». Para «La Razón» toda izquierda es extrema. Pero esas críticas son suficiente aval para el ministro, a quien «hay que felicitar» por «denunciar la violencia estructural que presiona a la mujer embarazada en dificultades. Cuando las profesionales de la cuota y de las barricadas van de la mano contra algo o alguien, no hay duda: es acertada y conveniente para la gran mayoría de las mujeres y de los ciudadanos en general». Y todo eso un 8 de marzo. Cuánto queda por luchar...