Cuando «Intouchables» se proyectó en la sesión de clausura del Donostia Zinemaldia todos cuantos la vieron tenían claro que se trataba de otro gran éxito en el mercado francófono, pero lo que nunca se puede saber es si va a funcionar igual en el resto del mundo. Al día de hoy se confirma ya que es la comedia europea del año, gracias a que está triunfando en otros países como Alemania, donde se ha convertido en la película francesa más vista de toda la historia. Lleva ya recaudados más de 120 millones de euros, una cifra que en la taquilla internacional solo está al alcance de las grandes producciones de Hollywood. Y fuera está siendo tan o más considerada que en su propio territorio, y así en el Festival de Tokio ha sido elegida como Mejor Película y el Premio de Mejor Actor ha sido compartido por François Cluzet y Omar Sy. Llama mucho la atención el dato, porque en los César del cine francés de las nueve nominaciones que tenía se ha quedado con una sola estatuilla para Omar Sy como Mejor Actor. Decisión harto discutible, al ser más lógico premiar a la pareja protagonista, dada su total compenetración.

El personaje del adinerado tetrapléjico y el del inmigrante africano contratado como su cuidador se complementan, hasta el punto de que no se entienden el uno sin el otro. Olivier Nakache y Eric Toledano han hecho de la dependencia una metáfora sobre las propias relaciones humanas, en las que hay emparejamientos necesarios cuando una persona aporta a la otra lo que le falta, y viceversa.

«Intouchables» es además un merecido éxito, en la medida en que Nakache y Toledano han sabido jugar con las diferencias culturales de forma enriquecedora. El burgués postrado en su silla de ruedas tendrá la oportunidad de conocer otras realidades, fuera de la burbuja protectora en la que vive, de la mano de su amigo del extrarradio marginal, interpretado por el cómico Omar S,y a su vez impactado por un estilo de vida inalcanzable.