La distribuidora European Dreams Factory hace las veces de reserva espiritual de Occidente en lo que a los estrenos de cine religioso se refiere. Si hace poco recuperaba la cinta polaca «Popieluszko», este mes de marzo presenta la película italiana «Prefiero el paraíso», consagrada a la figura de San Felipe Neri.

Es un producto en la tradición del cine italiano de vocación católica, surgido originalmente como una serie de televisión de dos capítulos de cien minutos cada uno, pero que en su montaje cinematográfico se queda en poco más de dos horas. Su estilo avejentado, en consonancia con el inmovilismo de la actual Iglesia, contrasta con el espíritu renovador que quiere defender, puesto que el biografiado fue un modernizador en el siglo XVI, durante la época del Concilio de Trento. Filippo Neri tuvo una larga existencia -murió a los 80 años de edad-, durante la cual se enfrentó con el ejemplo a la decadencia moral que encontró a su llegada a Roma desde su Florencia natal. Los cardenales vivían como príncipes bajo el auspicio de los Médici, alejados de su verdadera dedicación a los demás.

Neri, que estuvo apunto de marchar a evangelizar Asia cuando entabló amistad con Ignacio de Loyola, optó por quedarse en Roma y llevar a cabo la obra refundadora que en medio de la corrupción de la jerarquía eclesiástica se hacía tan imprescindible. El actor Gigi Proietti interpreta al santo de forma muy vitalista y alegre, como si fuera un típico personaje de la comedia italiana.

El título de la película lleva la frase con que contestó cuando le preguntaron si quería ser cardenal.