Imanol INTZIARTE

O al menos eso se deduce tras la exposición pública celebrada anteayer en el colegio Amara Berri, a la que asistieron más de medio centenar de personas. Ricardo Burutaran, concejal de Urbanismo, y Alfonso Vázquez, director de Obras y Proyectos,  «bajaron al barro» -expresión utilizada por uno de los presentes- para explicar los pormenores del proyecto y responder a las cuestiones planteadas.

Fueron dos horas de charla que tuvieron continuidad ayer con una presentación similar en el Consistorio. Pero la del miércoles tenía como destinatarios principales a los más afectados por la estación de Riberas y, como es lógico, cada cual defendió sus intereses más cercanos.

Los autobuses entrarían en la ciudad a través de la autovía del Urumea por un nuevo vial que habría que construir. Para salir tendrían que dar un rodeo por el entorno del centro comercial Arcco hasta conectar con la mencionada autovía.

Algunos de los presentes apuntaron que estas idas y venidas, sumadas al movimiento que se generaría para acercar o recoger a los pasajeros y al futuro traslado a esa zona de las oficinas de la Seguridad Social, que están actualmente en Podavines, podrían colapsar la zona.

Una mujer planteó como solución la construcción de una rampa que conecte directamente la estación con la variante. Mientras asentía con la cabeza, Alfonso Vázquez subrayó que «ese proyecto existe y está en estudio» por parte de la Diputación, que tiene la competencia.

Un representante de la Asociación de Vecinos de Riberas vino a resumir el sentimiento: «La parcela y el emplazamiento nos parece fenomenal, pero el tráfico...».

Con el aval de los técnicos

El acto había comenzado recordando que este es el tercer proyecto que se pone sobre la mesa. El primero estaba ubicado también en Riberas, pero en otra parcela. El segundo es el de Atotxa, impulsado por el anterior equipo de gobierno y que a día de hoy cuenta con el respaldo de la oposición.

Ricardo Burutaran subrayó que la propuesta de construir esta infraestructura bajo el Jardín de la Memoria está avalada por los técnicos municipales, que son quienes han elaborado íntegramente el proyecto.

El edil de Bildu argumentó que Riberas garantiza la intermodalidad, ya que tanto Euskotren como Adif tienen previsto construir sendas estaciones en ese punto. Además, contaría con 28 dársenas -frente a un máximo de 23 en Atotxa-, su construcción sería más sencilla y rápida -se comprometió a finalizarla en el verano de 2015- y por ende más barata. Cinco millones de euros menos, con un presupuesto de 25,5 millones.

Otra cuestión que salió a la palestra fue la duda de si, dada la actual situación económica, EuskoTren y Renfe seguirán adelante con sus estaciones. Obviamente, Vázquez no pudo responder en nombre de estos organismos, pero explicó que son tres infraestructuras independientes que se pueden conectar entre sí conforme se pongan en funcionamiento.

Futura gestión

Preguntado por el futuro modelo de gestión económica, Burutaran señaló que «tenemos la evaluación desde hace dos semanas y la estamos analizando. La daremos a conocer públicamente cuando hayamos hecho los números».

La financiación, cómo quedará el arbolado del Jardín de la Memoria, dónde se ubicará la parada de taxis e incluso si las excavaciones tocarán o no la capa freática -la primera capa de agua subterránea- fueron temas que se pusieron sobre la mesa. Llamó la atención que, al menos en este encuentro, nadie mencionó el TAV.

Además de estas presentaciones públicas -una iniciativa que agradecieron de viva voz varios de los presentes-, se han organizado sendas exposiciones con maquetas y planos. Una, con carácter fijo, en el hall del ayuntamiento (de lunes a viernes, de 18.00 a 20.00). La otra rotará por las casas de cultura. Hoy está en Anoeta y la semana que viene en Egia.