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Titanic Belfast, un museo que recrea la historia, el olor y el frío del naufragio

Casi han pasado cien años desde el naufragio del transatlántico Titanic, cuando, un 14 de abril de 1912, un iceberg agujereara el casco casi 100 metros. Belfast no quiere olvidarse de la fecha y por ello, el próximo día 31 comenzará un festival conmemorativo para calentar motores ante la apertura del Titanic Belfast un macro-museo sobre toda su historia.
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Maddalen LARRINAGA | DONOSTIA

El 14 de abril de 1912 se hundió el transatlántico al que llamaban «el buque de los sueños». Todos conocemos su historia, el iceberg que rasgó su casco y costó la vida a 1.522 personas, incluso las muchas versiones cinematográficas realizadas y que se nos han quedado grabadas en la retina. Pero no todos sabemos que el barco se construyó en Belfast y que las obras duraron tres años.

En menos de un mes se cumplirá el centenario del histórico hundimiento y serán varias las conmemoraciones que se llevarán a cabo. Por un lado, se celebrará el Festival del Titanic -desde el 31 de este mes hasta el 22 de abril con exposiciones y proyecciones sobre el transatlántico-, y se estrenará una nueva versión de la película homónima dirigida por James Cameron en 1997, en 3D. Pero la primera pieza será la apertura el próximo día 31 del museo Titanic Belfast, un edificio que recordará la construcción e historia del gran transatlántico.

El edificio consta de cuatro proas revestidas de varios miles de placas de aluminio en tres dimensiones, que tienen la misma altura que tenía la proa del Titanic, 27 metros. Con un presupuesto superior a 90 millones de libras (108 millones de euros), será la mayor atracción del mundo dedicada al buque, según informaron los medios británicos. «Hay muchas atracciones centradas en el Titanic, pero esta será la más importante y la única que tendrá una historia auténtica que contar», explicó el director del museo, Tim Husbands.

Entrar en el Titanic Belfast es entrar en el gran buque. Ya que, además de las nueve galerías dedicadas a un aspecto diferente del naufragio, el museo recrea las vistas, los sonidos y los olores de 1912. La primera de las salas explica el contexto histórico de principios del siglo XX y por qué esta ciudad portuaria e industrial fue elegida para construir el mayor objeto en movimiento del mundo. Otra galería reflejará el proceso de construcción del crucero y en ella los visitantes podrán oler el olor del hierro al fundirse.

Después se realizará un salto en el tiempo hasta 1911, cuando miles de personas se trasladaron al muelle de Belfast para ver cómo el Titanic partía rumbo a Southampton, desde donde salió con destino a Nueva York. En la galería dedicada a los restos del naufragio que costó la vida a 1.514 de los 2.224 pasajeros, la temperatura baja de manera notable, haciendo palpable el horror de aquella noche y en sus paredes se cuenta la historia de cada uno de los fallecidos.

Pero además de la historia, el museo alberga la recreación de tres camarotes de la primera planta, la que alojaba a los viajeros de primera clase. Así como la escalinata que tan famosa hizo la película de Cameron.

«Su historia fue un desastre, pero el propio Titanic no lo era, era un símbolo de la industria de aquel tiempo», dijo Husbands. «Es nuestra Torre Eiffel, nuestro Museo Guggenheim», bromeó Claire Bradshaw, responsable de marketing.

Mínimos obligatorios

Con la apertura de este nuevo museo, los responsables del proyecto esperan que el edificio ponga de manifiesto «la innovación, la ingeniería y la artesanía que se desarrolla en Belfast, hace un siglo y hoy en día». Además tienen la esperanza de que «contribuya significativamente a la creación de empleo y la economía local».

Sin embargo, no todas las opiniones son tan positivas. Según afirmó la Oficina de Auditoría de Irlanda del Norte, para construir este edificio «se han utilizado 60 millones de libras -72 millones de euros- de los fondos públicos y existe el riesgo de que su impacto en el turismo se quede corto».

Y es que mirando las cuentas, se estima que el macro-museo debe tener 290.000 visitantes al año solo para cubrir gastos. Pero los responsables se han cubierto las espaldas. De no conseguir los números necesarios, la asociación del barrio Titanic -los astilleros han sido rebautizados de esa manera- se ha comprometido a financiar las pérdidas con hasta 5 millones de libras -6 millones de euros- durante los 7 primeros años.

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