Algunos limpian y pintan sus casas, estrenan ropa...; otros plantan árboles, dejan germinar la simiente del trigo y adornan las mesas con un ramo de sus brotes...; hay quienes elaboran dulces típicos, mientras sus niños decoran huevos duros con pinturas...; quienes hacen funambulismo, saltan sobre el fuego y los arroyos...; quienes celebran juegos tradicionales como carreras de caballos o luchas...; quienes dejan velas encendidas en las puertas...; pero, sobre todo, unos y otros, cantan y bailan.

Son más de trescientos millones de personas, en un área geográfica muy extensa, celebrando una fiesta cuyos ritos varían de unos lugares a otros. Habitantes de países como Azerbaiyán, Kirguistán, Uzbekistán, Pakistán, Turquía, India o Irán, manteniendo viva una conmemoración que cuenta con una antigüedad superior a los 3000 años. Un festejo en el que las mujeres juegan un papel clave, tanto en su organización como en su transmisión a nuevas generaciones, y en el que los más pequeños son sus principales beneficiarios.

Los cuatro martes previos a la fiesta principal encienden hogueras para consagrar cada uno de esos días a los cuatro elementos: a la tierra, al agua, al aire y al fuego. Sobre estas llamas saltarán hasta tres veces, tanto hombres como mujeres. Unos fuegos que no se adoran, que tan sólo representan, junto con el sol, el símbolo de la divinidad. Sol y fuego a los que consideran duraderos, radiantes y sostenedores de la vida.

Finalmente, la víspera del equinoccio encienden hogueras en todos los pueblos y ciudades mientras danzan y repiten: «Tiramos al fuego todas nuestras desgracias». Antiguamente esta fecha se determinaba mediante cálculos astronómicos; en la actualidad, se repite cada 21 de marzo. Con ella se dejan atrás los rigores del invierno y se celebra la llegada de la primavera. Simboliza el renacer. Su nombre es novruz, nowrouz, nooruz, noruz, nauroz o nevruz -según los lugares-. Siempre con el mismo significado: nuevo día. Y, por promover el entendimiento entre familias y pueblos, en 2010 fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.