Invertir en la industria militar que mata a tanta gente, un negocio seguro para el capital vasco
E l informe sobre las inversiones explosivas de los bancos y cajas en el complejo industrial-militar hecho público por el Centre d'Estudis per la Pau JM Delàs de Barcelona, arroja datos que no pueden pasarse por alto. Primeramente, la inclusión de Kutxabank y Banca Cívica en el top ten de entidades con mayor valorización de las participaciones accionariales de la «banca armada» y, en segundo lugar, la constatación de que invertir en el mercado de las armas, más que un negocio rentable, se presenta como un negocio seguro, como un mercado legal, de ventas aseguradas, donde todo lo compran los estados. Más allá del mercado negro de las armas, lo denunciable es ese mercado legal, la significativa participación de bancos y cajas de este país en esa industria que mata a tanta gente.
Hace 50 años, en su despedida como presidente de EEUU, Eisenhower advirtió sobre los peligros de la influencia del complejo militar-industrial. Ya preveía que las corporaciones armamentísticas y los bancos privados -que necesitan la guerra como lubricante necesario para el correcto funcionamiento de su negocio- llegarían a controlar la prensa y el gobierno. No se equivocó. Hoy los tiene atrapados por la garganta.