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La financiación de la industria armamentística

«Cuando los accionistas del BBVA nos aplaudieron, creímos haberlo hecho mal»

 
Jordi Calvo
Portavoz del Centro JM Delàs

Mañana en Bilbo tiene lugar la reunión anual de los accionistas del BBVA, el banco que más invierte en industria militar en el Estado español. Esta será la quinta vez que tengan que escuchar por boca de Jordi Calvo que hacen negocio con las guerras.

¿Cómo se consigue tener voz en la junta de accionistas del BBVA para decir lo que uno quiera?

Es relativamente sencillo. Primero hay que ser accionista y yo lo soy. Una acción vale diez o doce euros y yo tengo una. Eso sólo sirve para entrar. Si lo que quieres es hablar en la junta necesitas un mínimo de 500, aunque eso depende de banco a banco. Nosotros lo que hacemos es pedir a particulares que nos cedan sus acciones para tener derecho a la palabra. Este año hemos conseguido que nos cedan 500.000 acciones. Al final de la junta, unas diez o doce personas tienen turno de palabra. En ese momento, aprovechamos para denunciar que BBVA hace negocio con las armas.

¿Y los demás accionistas? ¿Cómo reaccionan?

Ha ido variando. Este es el quinto año ya en el BBVA, en el Santander han sido dos. La primera vez hasta nos aplaudieron. No sé si fuimos demasiado suaves o que no se lo esperaban. El aplauso nos hizo dudar. ¿Qué habremos hecho mal para que esta gente nos aplauda? La lectura que hicimos a posteriori es que los accionistas entendieron que lo que pretendíamos era aconsejar al BBVA para que fuera un mejor banco.

Ahora ya les han calado.

Sí, saben que no somos uno más, que nosotros vamos a criticar y a denunciar que se benefician y enriquecen con las armas. Ahora notamos que cada vez le preocupa más a la dirección y al presidente. La junta está pensada para ser un día de fiesta. Tienen que demostrar euforia y beneficios. Necesitan proclamar que son el mejor banco del mundo para salir en la prensa y mejorar su imagen. Pero si la junta tiene partes negativas eso repercute en su imagen. Nuestra intervención en la fiesta del reparto de dividendos resulta molesta.

¿Nunca les intentan silenciar?

El pasado año, el presidente nos respondió directamente. Otras veces, tras la ronda de intervenciones de particulares el hacía una referencia general. Esta vez no. Él dijo: «Si esto es así, nos tenemos que sentar a hablar del tema».

Supongo que ese compromiso se le olvidó al día siguiente.

No creas. Desde el inicio de la campaña nos envían una pequeña delegación a convencernos cada año para decirnos que están tomando medidas. Pero bueno, al final no supone un cambio. Son sólo medidas para lavar su imagen, porque saben que esto afecta a su imagen.

A.I.

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